Hace un año Netflix no había ninguna duda que Netflix era la plataforma más potente en Colombia. Amazon parecía un hijo menor, con series que no terminaban de afianzarse. Aproveché los días gratis que daban para probarla. Fleabag, La señora Meisel y Mister Robot, además de algunas películas de Derek Jarman y Jarmush eran lo mejor entre un contenido más bien mediocre y corto. Ahora el panorama ha cambiado por completo.
El punto de inflexión arrancó con lo que llevamos de la segunda temporada de The Boys. La sátira a los Super Héroes de Marvel y DC es una crítica demoledora a los Estados Unidos de Trump. Repleta de personajes atrapantes y con un guion preciso, la serie no hace otra cosa que ascender a medida que avanzan sus capítulos. Good Omens, de una factura visual alucinante, además de ser atrevidamente conservadora, es una propuesta completamente diferente a lo que hemos visto en televisión. La compra de The Good fight, la serie más militante contra Trump que se ha realizado en los últimos cuatro años en Estados Unidos, la realización de docuseries futboleras como la que cuenta el ascenso del Leeds United a la Premiere, sumergiéndonos en el universo de Marcelo Bielsa, el regreso de Seindfeld y el haberle sacado a Netflix Mad Men, han acortado a brecha con su rival directo. Además, películas como la nueva adaptación de Suspiria han transformado a Amazon en un deleite que logra conciliar a la gente que le gusta el cine como un hecho estético con los que quieren ver un entretenido programa de televisión.
A Netflix en cambio las cosas no le han salido últimamente bien. Perder las Toy Story a manos de la nueva plataforma de Disney ha sido un dolor de cabeza para los amantes de Pixar y para los papás que podían distraer por un rato a sus hijos poniéndole las aventuras de Woody y sus amigos. Ratched, Hollywood y su trato millonario con Ryan Murphy han resultado ser unos fiascos tremendos. La primera es pura forma y naufraga en uno de esos pantanos narrativos que son el punto flaco de casi todas las producciones de Murphy con excepción de El asesinato de Gianni Versace. El estreno de la cuarta temporada de The Crown podría salvar un año en el que la plataforma se ha salvado gracias a la segunda temporada de Sex Education, la genial y entretenida Cobra Kai, a películas como The heater y a documentales como El dilema de las redes sociales. Pero la regla general han sido bodrios como 365 días, la dependencia para hacer nuevos suscriptores prometiendo los 180 capítulos de Pasión de gavilanes o series intrascendentes como Emily en París u Oscuro deseo están convirtiendo a Netflx en algo tan convencional que ni siquiera la buena noticia de tener Blade Runner 2046 o Parásitos en su catálogo no logran atenuar.
Sin duda Netflix sigue mandando, desde el catálogo hasta la misma ejecución y tratamiento para el usuario de la plataforma, pero ya siente los pasos de gigante. Amazon está cadavez más surtida, más atrapante, más arriesgada. Se tendrá que esforzar Netflix para no ser alcanzada en el próximo año.
