¿Por qué alguien quiere ser presidente?

¿Por qué alguien quiere ser presidente?

Por: katerina Páez
mayo 29, 2014
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¿Por qué alguien quiere ser presidente?

Cada cuatro años, el frenesí político se apodera de la nación durante meses hasta llegar a la elección presidencial. Durante este tiempo los candidatos presidenciales se han sometido a sí mismos haciendo campaña implacable, dando a conocer sus planes de gobierno y participando de la observación pública viciosa. Han hecho promesas que nadie podía mantener y meteduras de pata que nadie podía creer. Perdidos en el alboroto de la campaña electoral surge la cuestión de cómo empezó todo: ¿Por qué alguien quiere ser presidente?

Empecemos diciendo que si se les formula esta pregunta a los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta, probablemente empezarán a contestar con preguntas demagógicas: “para servir al país” , “porque sentí el llamado que la patria me hacía” o “porque quería que hubiera justicia”, pero para encontrar la verdadera razón pensemos primero en lo peor, haciendo un análisis de la sociedad en la que vivimos, si tomamos la teoría del egoísmo psicológico se reafirma que “ La conducta está impulsada por motivaciones propias, y niega la existencia de conductas verdaderamente altruistas”, es decir el hombre por naturaleza es egoísta, pero está en cada individuo maximizar sus intereses frente a sus ambiciones de gobernar y ser el máximo líder de un país.

Lo anterior también se expone en los factores biológicos del poder, en una constante lucha donde los individuos combaten unos con otros por la supervivencia dando como resultado la supervivencia del más apto. Esta lucha que en un principio era por la supervivencia se convierte en lucha por la satisfacción de las necesidades, y es de esta manera como se han comportado muchos presidentes no solo de nuestro país sino del mundo, porque para su caso muchos lo que buscan es reconocimiento, pasar a la historia del país o dinero, y el problema radica en que este tipo de pensamientos desfavorece al pueblo, pero favorece a su familia y amigos, a cambio de más dinero, y así por este tipo de acciones de obtener más y más se tornan descarados al momento de tomar una decisión en su gobierno pensada según ellos para el juicio de la posteridad y se aferran al poder que les proporciona el pueblo, y se olvidan de este por el narcisismo en el que están viviendo.

Los mejores presidentes se ven a sí mismos como la celebración de título a una tradición, así como un trabajo. Estos presidentes reconocen que el trabajo es un compromiso limitado a corto o largo plazo dependiendo de sus ansias de poder, donde el más fuerte y más respetado fundamentará sus acciones en la estrategia del poder porque carece de este sin limitar sus intereses personales y pasiones.
En primer lugar, el trabajo requiere resistencia. Un presidente permanece de guardia cada hora de cada día, En segundo lugar, los deberes y las responsabilidades que se atribuyen en el gobierno al momento de presentar su plan de gobierno y ejecutarlo, en tercer lugar debe ser una persona serena porque el presidente a menudo queda atrapado en medio de situaciones donde debe actuar como intermediario o facilitador dependiendo a la situación pero sin descuidar el poder que le da el cargo que detenta, en cuarto lugar debe saber que aunque puede ser agotador e incluso debilitante cuando la intriga se vuelve más importante que la visión, no se debe perder el foco de su plan de gobierno, porque si esto llegase a pasar el efecto podría durar por años independientemente de la calidad de la estrategia, es algo así como el estancamiento político al que muchos se ven enfrentados diariamente, en quinto lugar se expresa todo con el territorio, al momento de defender su soberanía a capa y espada, pero tolerar la protesta requiere una piel gruesa, ser sensato, y un as para calcular los pasos que posiblemente dará el contrincante para anticiparse a la estrategia, y cuándo me refiero al contrincante, me refiero a otros estados, políticos en contra de su gobierno y al pueblo, si ese pueblo que lucha y protesta por la violación de sus derechos, porque no están de acuerdo con políticas que en vez de favorecerlos los perjudican, dictaminadas por su propio presidente, aquel que llego al poder por tus votos que ya no es un líder ecuánime sino un Animal Político (Zoon politikon), preocupado por sus relaciones sociopolíticas y legado para su beneficio propio.

En pocas palabras, si el cambio está llegando, el presidente entrante es una buena posición para tener un impacto, porque no todos tienen el coraje de liderar y ser seguidos, pero ahora la labor suya y mía es elegir cuál de los dos candidatos se asemeja más a lo que usted quiere, quiere su familia y quieren sus amigos, eso sí partiendo del hecho de que ya ha investigado y observado las fortalezas y debilidades de cada candidato detalladamente y partiendo de un análisis de lo que le conviene a Colombia.

Para terminar quiero cerrar con una frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

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