El 27 de agosto de 1995 en Aguachica (cesar) se convocó la consulta popular por la paz, bajo el mandato del entonces alcalde Luis Fernando Rincón, didáctica de la cual se propuso una pregunta, ¿rechaza usted la violencia y está de acuerdo en convertir a Aguachica en un municipio modelo de paz?”, con dos opciones de respuesta (si-no).
El clamor ciudadano por encontrar la tranquilidad social, fue el motivo de este ejercicio, ante la entonces ola violenta vivida, que dejó víctimas del conflicto armado.
29 años después, el territorio surcesarence padece en la actualidad catástrofe social, suscitada por razones, hechos, causas y provocación conducentes a la violencia, de o por parte de antisociales, alcanzando el máximo efecto que deja esta forma de acabamiento, como es la muerte trágica. Los actuales hechos e índices de inseguridad, han llevado a la misma comunidad a tomar justicia por su propia cuenta, como muestra del cansancio, aburrimiento, dolor y fastidio por determinada situación.
Los índices de inseguridad presentados, son grandes, tanto así que parte de la comunidad, han querido hacer justicia por su propia cuenta, al notar la falta de objetividad en la ley para castigar duramente a estos malhechores. Lo más triste de esta realidad, es que se ha apoderado tanto de la zona urbana, como rural. Los menores de edad, no han sido ajeno a esta debacle inesperada y preocupante.
Las motocicletas parecen ser uno de los objetos más apetecidos para los ladrones. Celulares, dinero y ni las rejas se salvan para ser robadas.
Hoy la ciudad, modelo de paz en Colombia, se ha convertido en una tangente de atracos, por donde quiera que se transite y se viva, el peligro está latente.
No se puede pasar por alto la función de las autoridades policiales, quienes cumplen con su labor de patrullaje; sin embargo, cabe el interrogante, ¿están siendo suficiente y eficaz o no en relación con este problema? Con el transcurrir del tiempo y el paso de los años, el factor desempleo aumenta cada día más, de igual manera la violencia callejera.
La población infantil no ha sido ajena a esta cuestión, como lo demuestra el recién ocurrido caso en sector de la vereda el Minuto, perteneciente a Aguachica, donde uniformados de la Policía Nacional encontraron el cuerpo sin vida de una menor de 10 años, el día 13 de mayo del 2024. La niña era residente del barrio Palmira del Municipio; como recompensa a esta crueldad, la Gobernación del Cesar ofrece una recompensa de 40 millones de pesos, para quien o quienes brinden información por la captura del o de los responsables de este hecho atroz.
La hecatombe social de la actualidad parece no tener límite, esta violencia tiene asumida y azotada a los habitantes del común, comerciantes, niños, jóvenes, adultos, estudiantes y toda una población que ve como esta tierra es consumida por la violencia cotidiana.
La indigencia presenciada hoy en las calles del Municipio, debe ser un tema de atención y preocupación para las autoridades civiles y policial, estas (las calles) se han convertido en refugio cuando encuentran un techo fuera de algún local comercial o vivienda, las bancas son usadas como lecho para reposar y descansar la noche. Los semáforos también son usados por estas personas, para pedir ayuda.
La hecatombe social de la actualidad, parece no tener límite, y mucho menos solución. Se requieren de rápidas y emergentes determinaciones, donde se le brinde a los habitantes de Aguachica (Cesar) la importancia requerida de o por parte de aquellos que llevan las riendas del Municipio.