Por demorarse en responder un derecho de petición de un cliente, derivado de un inconveniente en Carulla Niza, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) terminó amonestando a la cadena Éxito, propietaria de esta cadena de supermercados.
Todo comenzó en el Carulla Niza, cuando un cliente sintió vulnerado su derecho al habeas data, al considerar que el personal de seguridad había sido invasivo y que además recogían información de los clientes a través de videos. La inconformidad del cliente lo llevó a tomar acciones para defender su derecho a la intimidad.
El ciudadano se sintió atropellado por empleados del supermercado (que forma parte de la cadena de almacenes Éxito, ahora de propiedad de la familia Calleja de El Salvador), pero cuyo responsable es Carlos Mario Giraldo y decidió actuar.
El camino que tomó fue un derecho de petición donde dejó en claro cinco pretensiones que consideraba justas. Carulla no dio respuesta. El cliente decidió acudir a otra instancia para presentar su voz de protesta por sus derechos vulnerados: Superintendencia de Industria y Comercio. Había pasado casi dos años desde el incidente que emitió un comunicado el 27 de mayo de 2020.
| También le puede interesar: La historia de Carulla y la familia catalana que le enseñó a los colombianos a mercar en carrito
Con la pronunciación de la SIC, el Éxito, finalmente reaccionó velozmente en su condición de propietario de los supermercados Carulla y fue su presidente Carlos Mario Giraldo quien respondió.
En ese momento era el CEO de toda la estructura empresarial entonces de propiedad del Grupo Cassino.
Sin embargo, para la SIC, la demora no fue una falla menor. Tener una respuesta extemporánea de un año y casi diez meses convertía la demora de la empresa en una conducta sancionable, más si la respuesta había sido producto de la actuación de la Superintendencia, en ese momento en cabeza de María del Socorro Pimienta.
La Superintendencia expidió el 30 de mayo de 2023 una multa al Éxito por $53 millones quince mil pesos equivalentes a 1250 Unidades de Valor Tributario.
Con la sanción al Éxito, la Súper sentó un precedente: castigó un comportamiento negligente de la empresa en relación a la atención del cliente.