En entrevista matinal realizada el 8 de enero en Caracol TV, el ministro de Industria, Comercio y Turismo José Manuel Restrepo, destacó el acelerado incremento de turistas a Colombia registrado durante 2018 y 2019 y el reconocimiento del país como uno de los 20 destinos más recomendados del planeta y por los ingresos crecientes, que para 2020, espera asciendan a 8.000 millones de dólares.
Me llamó la atención que ignorara que en gran parte el incremento de turistas extranjeros se debe al exitosos proceso de desmovilización de la mayoría de integrantes de las Farc que ocupaban gran parte de regiones selváticas y zonas rurales atractivas por la belleza de paisajes y la biodiversidad y las cuales, desgraciadamente aún en el Cauca, no están libres de numerosas bandas de narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros que intentan dominar vastos territorios que tardó en copar el ejército.
También me llamó la atención que de las cerca de 20 ciudades y departamentos que nombró como atractivos turísticos del país, el ministro incluyó a Bogotá, Cartagena, Medellín, Cali, San Andrés, Santa Marta, Barranquilla, Neiva, Yopal, Buenaventura entre otras, pero de refilón ni siquiera nombró al Cauca y Popayán, que gracias a su rico patrimonio histórico y arquitectónico, hace 40 años era uno de los principales destinos turísticos del país y frecuentado centro de convenciones para eventos nacionales e internacionales.
Este “ninguneo” para los grandes proyectos de desarrollo y promoción turística y de actividades culturales, se lo han ganado Popayán y el Cauca, no sólo porque en gran parte del territorio hayamos sufrido las consecuencias del conflicto y del abandono del Estado. También por falta de desarrollo institucional en el Departamento, Popayán y la mayoría de municipios, al no contar con entidades públicas y privadas de peso, que desde la región lideren a corto, mediano y largo plazo el fortalecimiento de procesos y proyectos turísticos y culturales en todo el departamento rico en biodiversidad, variadas manifestaciones artísticas propias de las comunidades mestizas, indígenas y afrodescendientes y atractivos paisajes desperdigados en los parques naturales de Muchique, Puracé, la isla de Gorgona y en municipios como Silvia, Coconuco y Totoró con sus termales, Inzá, con sus hipogeos indígenas y Tierradentro, además desperdiciado como puerta de entrada al parque arqueológico de Isnos y San Agustín, más los atractivos ubicados en los valles de Pubenza, el Patia y del Cauca (norte), la región Pacífica, el Macizo Colombiano y la Bota Caucana.
Tampoco hay que ignorar los esfuerzos hechos en anteriores administraciones departamentales por mejorar la infraestructura vial y apoyar proyectos turísticos desde la oficina encargada de promoverlo, al igual que campañas impulsadas desde el municipio, por particulares, gremios productivos y asociaciones culturales que por su iniciativa han construido hoteles y centros recreacionales e institucionalizado eventos alternativos a la Semana Santa de Popayán, como los Festivales Gastronómico, de Cine Corto, de Danza Internacional, de Jazz, de teatro, Popayán Ciudad Libro, entre otros que garanticen anualizada y variada oferta para propios y visitantes y merecen mayor promoción nacional e internacional.
Por las anteriores razones, me sumo a la propuesta formulada por Marco Antonio Valencia Calle, columnista de El Nuevo Liberal, y Elías Larrahondo Carabalí, exsecretario de Educación Departamental y recién posesionado gobernador del Cauca, para que durante su mandato se cree la Secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo del Cauca.
Uno de los campos de la cultura más abandonados por las sucesivas administraciones departamentales y municipales ha sido el de la literatura y los escritores que con sus escasos recursos intentan publicar y hacer circular sus obras: testimoniales, de investigación, recopilación de tradiciones populares de sus municipios y regiones, de poemas, cuentos y novelas.
A diferencia de lo que sucede en la mayoría de departamentos del país y en nuestros vecinos Nariño, Huila y Valle, en el Cauca no hay un fondo de publicaciones que estimule a los escritores, ni mucho menos becas de creación ni premios anuales de poesía, cuento y novela y tampoco promueven talleres de escritura para que los estudiantes de escuelas, colegios y universidades puedan desarrollar sus capacidades de redacción y creatividad.
Durante la administración de Guillermo Alberto González el departamento financió la publicación de doce obras de autores caucanos, pero la administración siguiente descontinuó la tarea. La administración de Rodrigo Campo impulsó el concurso departamental de cuento para estudiantes de escuelas y colegios y adquirieron varias obras de autores caucanos para distribuirlos en escuelas y colegios del departamento.
En 2018 el departamento del Cauca devolvió a la nación cerca de $500 millones destinados a la cultura porque no presentaron proyectos para invertirlos. Esto no puede volver a repetirse.
Hace falta que estos esfuerzos esporádicos se institucionalicen con la creación de una Secretaria que atienda el Turismo, la Cultura y el Patrimonio.