Es cierto que su labor se basa en difundir información veraz y confiable, pero a qué punto están llegando los “periodistas” de nuestro país que se ofenden por algo tan absurdo como que un policía no les permita tomar fotografías de un hecho judicial; si usted, como “periodista” no sabe hacer reportería gráfica, mejor ahórrese el discurso de que “es que nosotros como periodistas solo hacemos nuestra labor de ir a buscar la información”. Partiendo de ello también es absurdo que aún los colombianos continúen consumiendo la fotografía amarillista y el video denigrante que difunden en redes sociales. Enterarse de un hecho no implica que se pase por encima de la integridad de las personas, independientemente de si están vivas o muertas, sea bueno o malo, ese respeto se debería mantener.
Como bien se puede observar, la labor periodística a pesar del gran avance de los años y de la cantidad de personas que se inscriben en una universidad para ejercer esta bella profesión, se sigue sumergiendo en el empirismo conformista, y con la llegada de las redes sociales se tergiversó aún más la labor a una inmediatez absurda que lo único que provoca es confundir a la comunidad.
Es tiempo de que los jóvenes estudiantes de comunicación social y periodismo se paren firmes y exijan el verdadero respeto que merece la profesión. Está bien y es entendible que todo empezó desde el empirismo, pero es absurdo ver cómo avanza el mundo y aún hay muchos “periodistas” conformes en su sitio, sin ganas de crecer profesionalmente para ofrecer información realmente verás y confiable.
En este mismo orden de ideas y gracias a esa misma falta de profesionalismo, se continúa con el cliché de decirle “doctor” a las personas que ejercen un cargo público, ya sea el alcalde, el candidato, el secretario, a todo ser se le debe llamar por su cargo real, por su profesión.
Al paso que vamos se podría decir que cualquier persona puede ejercer la labor de un administrador de empresas, de un mercaderista, etc, etc. Respeto a la profesión, respeto a la labor, respeto a la comunidad.
Esto no es por poder, ni por jerarquía, es por el respeto al esfuerzo que hace cada uno de los jóvenes, hombres y mujeres del país para profesionalizarse, para tener un mejor futuro, para lograr un buen cargo y tener una mejor estabilidad económica, no hay que seguir arrullando el empirismo, hay que moverlo, hay que motivarlo.