Ya no es noticia, pocos hablan de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, pero un joven se atrevió a romper el rígido protocolo en Estocolmo y en escasos 11 segundos alcanzó a pedir a Malala, la joven paquistaní que se disponía recibir el Premio Nobel de la Paz, “…Por favor Malala no te olvides de México!...”. Quién es él? Por que escogió este escenario?
Adán Cortés Salas, de 21 años, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de México, UNAM, pasó todos los controles de ingreso a la ceremonia aún sin contar con invitación. El pasado martes solicitó asilo político en Suecia, su caso está en estudio y mientras espera sea definidido su status migratorio debe cancelar una multa y permanecer detenido. Todo por atreverse a exigir que no se olvide el acto de terror en su natal México que aún sigue sin esclarecerse.
Su viaje se inició en noviembre, llegó a España, luego a Dinamarca y finalmente Noruega. Algo lo alienta y lo expresa fielmente en su cuenta de Twitter el joven dice: "Nunca me arrepiento de nada, nunca me quedo con ganas de nada". Adán también escribió en su cuenta de Facebook: "Sinceramente cuando leí esto lo hice con lágrimas, un joven mexicano de 19 años, su delito ser estudiante y alzar la voz inconforme ante un gobierno corrupto". Aquí se refería a la noticia luego que la Procuraduría mexicana confirmara que algunos de los restos encontrados un basurero en Cocula pertenecían al estudiante Alexander Mora, uno de los 43 normalistas desaparecidos de una escuela rural de Guerrero, el 26 de septiembre pasado, hechos que ha desatado una tormenta social y política en México.
Según la Fiscalía mexicana, las pistas indican que los estudiantes habrían sido asesinados poco después de ser detenidos por la policía de Iguala y Cocula y entregados a sicarios de los Guerreros Unidos.
Adán es la voz de México. Todo el país se ha movilizado reclamando, protestando, esperando y al no obtener una respuesta o acción de las autoridades, él decidió escoger un escenario mundial para que fueran escuchadas sus palabras llenas de angustia. Se requiere mucho valor para ese gesto, no importa el idioma, la distancia, ni el protocolo, todo lo que necesitó fue poder subir al escenario y que fuese escuchado y la verdad es que lo logró. No sabemos cuál será el resultado, pero lo cierto es que no debemos permanecer indiferentes y él ha dado ejemplo de coraje y solidaridad. Gracias Adán, no necesitas invitación para indicarnos la clase sociedad que debemos construír, tu espirítu sublime nos ha conmovido.