Otra incursión de la tecnología nos tomará por sorpresa sin que estemos preparados.
No estamos lejos de una nueva realidad comercial: ir a un restaurante, examinar la carta, escoger el plato y solicitar imprimirlo al gusto nuestro mediante tecnología 3 D. ¿Cómo quiere la carne? ¿Un churrasco? ¿Medio, tres cuartos? ¿De qué grueso? ¿Algo de gordito? Por favor, en esta aplicación ingrese los datos; de inmediato se le imprimirá. Las posibilidades de comprar todo tipo de alimentos impresos por internet serán realidad en pocos años.
No nos damos cuenta de la velocidad de los cambios que están ocurriendo y que transforman nuestras vidas. El campo más evidente, obvio, es el de las tecnologías digitales y todo tipo de aplicaciones que a diario utilizamos. Aunque 15 años atrás no podíamos ni sospechar la revolución de los móviles, o hablar por whatsapp a cualquier parte del mundo, realizar reuniones virtuales vía zoom, teams o google meet, o volcarnos a los mercados virtuales, hoy nos parecen prácticas normales. Sin embargo, los cambios en las tecnologías de la información y las comunicaciones son apenas uno de los ámbitos que están transformando la sociedad.
Hay que sumarle al terreno de las TIC, entre otros, el de las energías renovables (solar y eólica), el de la biotecnología y el de las nuevas formas de fabricar manufacturas. Entre estas últimas, las tecnologías 3 D, en la medida en que los costos vayan reduciéndose, provocarán una verdadera revolución en la forma en que vivimos, en cómo están organizadas nuestras ciudades, nuestros trabajos. Imprimir zapatos a la medida, piezas de vehículos, prótesis, juguetes para niños, en fin, decenas de miles de artículos, sin que medie la existencia de fábricas, tal como las conocemos hoy, será un hecho común. Bastarán la “fórmula” del bien a producir, la impresora y, desde luego, como en el caso de las que conocemos, los materiales para que la impresión sea posible.
Desde hace años se imprimen, en forma piloto, puentes y viviendas. No se han popularizado aún porque los costos aún son altos. Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías, los precios bajarán y las nuevas formas de producir sustituirán a las antiguas. Inimaginable aún el impacto sobre los tradicionales empleos de la “rusa”, aunque surgirán nuevas ocupaciones.
El caso de la impresión de alimentos in situ resulta esperanzador e inquietante. Lo primero, por las persepctivas de proteger el medio ambiente; lo segundo, porque no conocemos cómo las tecnologías pueden afectar al sector agropecuario de países como el nuestro.
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En el caso de la carne, no habría sacrificio de animales se reducirían las emisiones de metano del ganado, pero vendrán las consecuencias sobre la producción y el empleo de los países exportadores de carne
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Redefine Meat es un sitio web*, pionero en el mercado, que nos da una muestra del rumbo que tomará la industria de alimentos. Especializados en carnes, ofrecen las mejores en texturas y sabores, con un detallito: reproduciendo fielmente características de sabor y de textura, a partir de productos naturales, produce carne que no proviene de animales. Biotecnología, inteligencia artificial, “machine learning” y la mencionada impresión 3D, sumadas a la asesoría de chefs especializados en preparar carnes, confluyen para que, al gusto del comprador, puedan ser comprados todo tipo de cortes, hamburguesas, Kabab, chorizos y salchichas, entre otros.
¿Qué impactos puede tener la producción de carne en tales condiciones?
Lo primero, en el caso mecionado de la carne, es que no habría sacrificio de animales y, de paso, se reducirían las consecuencias que sobre la atmósfera tienen las emisiones de metano del ganado.
En segundo lugar, impredecible, vendrán las consecuencias sobre la producción y el empleo de los países exportadores de carne. A pesar de ya haber sido golpeados en el pasado por medidas de tipo comercial de parte de la Unión Europea, países como Argentina y Uruguay verían desplomar su producción, si con las formulitas se puede reproducir, es decir, imprimir, el mejor bife de chorizo en cualquier parte del mundo. ¿Qué ocurrirá con la ganadería extensiva en Colombia, con las agremiaciones ganaderas y sus afiliados?
Más allá del ejemplo de la carne, resulta inquietante preguntarse por toda la gama de nuestros productos agropecuarios. Ya era lugar común decir que la bandeja país se importaba de Canadá. Ahora se pasará a imprimirla.
Publicada originalmente el 21 de noviembre 2021
