En las aulas de la Universidad de los Andes hay un buen recuerdo de Natasha Avendaño García, como una estudiante brillante a su paso por la Facultad de Economía. De hecho, al asumir su mandato en 2018 el entonces presidente Iván Duque la promovió al cargo de Superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios y destacó su palmarés, en el que figuraba también su experiencia como directora de Gestión Organizacional de la DIAN y como asesora del Ministerio de Hacienda.
Cinco días antes de terminar su mandato, Duque la dejó instalada dentro del equipo de expertos de la Comisión de Regulación de Energía y GAS (CREG), pero su paso por allí sería breve: de apenas nueve meses.
El Consejo de Estado encontró que su formación, que incluye tres maestrías en políticas públicas en materias de políticas públicas, economía y Tributación, no le alcanzaban para acreditar su experiencia para el cargo y por eso declaró nulo su nombramiento.
El alto tribunal acogió en lo esencial los argumentos expuestos por la demandante, Diana Rubiano, según los cuales la funcionaria no cumple con los requisitos señalados la Ley 43 de 1994 para desempeñarse en el cargo que venía ocupando en la CREG porque nunca se desempeñó durante seis años o más una tarea de responsabilidad en el sector energético nacional o internacional.
En la hoja de vida de Natasha Avendaño no está acreditado tampoco que haya cumplido actividades de consultoría o asesoría en el mismo sector, como lo exigen las normas.
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