Al terminar la pasada legislatura, la Plenaria de la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que dicta medidas para fortalecer la agricultura y la economía campesina, con base en la acción familiar, comunitaria y asociativa, en donde se destaca una novedosa disposición en el artículo 7, para que las entidades gubernamentales a nivel nacional, departamental y municipal, puedan bajo la modalidad de contratación directa comprar a nuestros campesinos el fruto de su cosecha.
La iniciativa legislativa adiciona un literal al numeral 4 del artículo 2 de la Ley 1150 de 2007, en donde se establece los casos en que se puede utilizar la modalidad de contratación directa, como son la urgencia manifiesta, los contratos interadministrativos o arriendo de bienes inmuebles, y que ahora podría incluir esta compra de los alimentos que se producen dentro de la economía familiar campesina, contando este año con la restante aprobación del proyecto en la Comisión Quinta y la Plenaria de Senado, y posteriormente la respectiva sanción por parte del presidente Iván Duque.
En el marco de la discusión, la Plenaria de la Cámara acogió una proposición del representante del Centro Democrático José Vicente Carreño Castro, para que esta compra por contratación directa de los alimentos a los campesinos, incluya los canastos o demás utensilios en donde se empacan estos productos, lo que le permitiría que se le pague por sembrar el producto y además por el trabajo de elaborar, por ejemplo, la conocida y tradicional canasta artesanal, lo que sería una retribución justa por cada labor y a la vez aumentaría los ingresos de cada familia campesina, si tenemos en cuenta entre otros aspectos que los grandes supermercados terminaron por facturar las bolsas, con la disculpa que así “desestimulan” el uso de las mismas.
El mencionado proyecto de ley tiene como autor al representante de Alianza Verde Fabián Díaz, y en la Comisión Quinta y la Plenaria de la Cámara contó con la ponencia de la representante liberal Flora Perdomo, quienes explicaron en la discusión que la iniciativa delega al Ministerio de Salud y el Invima la financiación y asesoría a las familias campesinas en “la transformación, codificación, registro sanitario y etiquetado nutricional”.
Así mismo, señalaron que el gobierno nacional se encargará de promover el desarrollo de mercados locales “de manera progresiva en las cabeceras municipales y ciudades”, lo que sin duda vendría a fortalecer la distribución y comercialización de estos alimentos, sin la innecesaria intervención de cuanto intermediario aparece en la cadena productiva, que en últimas son los que se quedan con las utilidades.
Coletilla. Una reciente visita a la vereda Palo Bajito de Yopal, una mujer campesina de avanzada edad me ofreció amablemente una docena de limones, que venía empacada de manera esmerada en una malla de nailon —también empacan en calcetas de plátano— y al preguntarle cuánto valía ese producto tan fresco y de tan buena calidad, me contestó casi con miedo que tres mil pesos —seguramente esperando que le pidiera rebaja— a lo que corresponde preguntarse a cómo sale cada limón y el mencionado empaque, para concluir que la utilidad es exigua para esta humilde mujer.
La idea es que se le pague al campesino por contratación directa el alimento y el empaque, que es lo que precisamente plantea este proyecto de ley.
