Están nerviosos. Atacan a Petro desde todos los flancos, lo tildan de populista, de castrochavista y que Colombia será una segunda Venezuela. Ya no hallan de que más apropiar al candidato de la Colombia humana para desdibujar el torrente de simpatía que cada día le ofrecen sus adeptos. La palabra populista se desprende del ámbito popular, del pueblo y como las propuestas de la Colombia Humana están basadas en propuestas para el pueblo, la quieren disfrazar como populismo. “Ellos” pregonan a diestra y siniestra que Petro es populista y sus seguidores aceptan que sí es populista porque está impregnado de pueblo.
Petro es un líder carismático, no le tiembla la lengua para denunciar los problemas del país, sus culpables y la manera cómo resolverlos. Es por eso que estamos ante un término “populismo” ambiguo, impreciso y complejo. En su discurso es claro y cuando expresa y afirma que algo va a ser gratuito para el pueblo, al tiempo define de dónde va a salir los recursos para tal fin. Como la clase política tradicional colombiana no alcanza a dimensionar las soluciones que la Colombia Humana tiene para los problemas que presenta el país, solo les alcanza a vociferar que es populismo. En Colombia existen experiencias de campañas que tuvieron su arraigo y su esencia en el pueblo, entre ellos Jorge Eliécer Gaitán, el general Rojas Pinilla y Luis Carlos Galán. Decir otra cosa es entrar en la encrucijada de las mentiras, es por eso que caudillos como Gaitán y Galán fortalecieron su discurso en las desigualdades sociales del pueblo colombiano, Rojas Pinilla en su administración aportó ayuda significativa a la población más vulnerable.
Petro lo que intenta es romper esa estructura tradicional de la política en Colombia, como el clientelismo, las mermeladas y la corrupción, donde la población desconfía del sistema de representación y es apática a la participación política. Quienes lo acusan de esto son aquellos que vienen gozando durante años del poder e inmensas ganancias a costa de la pobreza del resto de la sociedad. Se trata de un concepto que la clase dominante en Colombia hace referencia a los movimientos que rechazan a los partidos políticos tradicionales.
El movimiento Colombia Humana, conocedora de los constantes atropellos y abusos a que ha sido sometido el pueblo Colombiano por la obsoleta clase política Colombiana, ha venido dialogando con el pueblo a través de sus constantes discursos en las plazas públicas del país para construir conciencia electoral, entendiéndose como pueblo a la gran masa o clases sociales de estratos bajos y sin privilegios económicos o políticos.
“Ellos” tratan de hacer ver que el discurso de Petro es por la búsqueda de votos bajo promesas que no se pueden cumplir. Qué equivocados están cuando ya lo demostró administrando a Bogotá. ¿Acaso porque la Colombia Humana haya observado en las clases populares colombiana el olvido, los desencantos y las frustraciones a las que han sido sometidas, la pereza, la corrupción y las mermeladas estatales en los amplios sectores de la sociedad con el sistema político actual, les da derecho a “ellos” de catalogarlo de populista? Lo que pretende la Colombia Humana es dinamizar la democracia en la medida en que permite la participación a grupos que jamás se han sentido representados en el ámbito político. Es importante aclarar que líderes fuertes como Petro, que pretenden representar al pueblo, solo tienen un objetivo común que es la equidad social en Colombia. La Colombia Humana representa el sentimiento y las emociones de todo un pueblo. También tiene claro que los problemas no se resuelven con solo desearlo, lo entiende como un proceso que hay que iniciarlo y para eso quiere ser su presidente.