Que aquello dure con vida al menos dos minutos, o uno siquiera, desea con fervor, que últimamente está teniendo unos papelones como de llorar, que ya están a punto de llamarlo públicamente polvo e gallo o mister gatillazo, y quiere que se mantenga como está ahora el tiempo que cree suficiente para salir airoso y en hombros de la faena. Sabe que después preguntará, ¿te gustó?, y sabe que ella guardará silencio y no dirá nada, siempre formula la misma pregunta, ¿te gustó?, y siempre guardan silencio, y es que él conoce tanto a las mujeres como aquella máxima que dice que quien calla, otorga, y si no dicen nada, es que estuvo muy bien, dentro de lo normal, ¿o no? Oye la puerta abrirse, siente pasos que se acercan, levanta las sábanas y dice con voz de enojo: no me falles otra vez, ¿sí?
