¿Políticos que valen por sus ideas y proyectos o por su aspecto físico? (I)
Todos sabemos que la psicología es el estudio de comportamiento humano, el cual se encuentra íntimamente relacionado con la percepción, sus sensaciones y sus procesos mentales, establecidos en un contexto familiar, social, laboral, político, etc.
La American Psychological Association (APA), la define como el estudio de la mente (cómo funciona) y el comportamiento (materialización).
La psicología alimenta a la publicidad, indicándole, señalándole cómo despertar la motivación, el interés, para que el observador de la valla, pancarta, escrito, imagen, tome una decisión (direccionada).
El saber cómo los procesos mentales se materializan desde la razón, llamada inteligencia racional (análisis de la información objetiva y su contexto) y sus estados y expresiones emocionales, personales o imitativas (inteligencia emocional), son elementos sustanciales para la toma de decisiones (instintiva, automática, rápida, lenta, lógica).
Todo lo anterior para el publicista, son sus factores claves para diseñar los formatos publicitarios. Con la valla, pancarta, etc., se quiere motivar a que el elector tome una decisión, hacia un personaje y su grupo político y en razón a unas características o atributos más de orden subjetivas que objetivas.
Con la información vista en estos medios de comunicación, que son subjetivas, desde esta óptica, lo que se busca es que la persona o personas que las visualicen, se les introyecte o transfiera un tipo de afectividad negativa, contra el contendor y no mostrar las características de ser un excelente político (afectividad positiva). La elección razonada, aquí no tiene valor alguno.
Un elemento importante tomado del artículo "Emociones en contexto electoral y atención a política en medios" afirma que “el cerebro político es un cerebro emocional”.
Emocional, porque las evidencias son a futuro y no todos la alcanzarán o serán beneficiados. Es simplemente una esperanza. Es decir, no es un cerebro, que tome la información real (datos objetivos) los analice y tome una decisión razonada.
En otras palabras, no ha existido o corroborado una solución a los problemas y mucho menos, se anticipe el placer, beneficio o dolor que puede padecer la población, como resultado de esas problemáticas sociales.
Parece que el atractivo, personalidad, oratoria, descendencia política, populismo del candidato, está por encima del análisis y evaluación de los temas, propuestas, proyectos y posibles soluciones, a la problemática por la que está cruzando una comunidad, y la cual, fija sus esperanzas en esas propuestas objetivas. Se puede deducir que hay es una ausencia de propuestas racionales, en la política pública.
Otro elemento importante, para no perder el poder de su imagen “política”, es que los elementos antes mencionados, queden impresos en la mente del elector. Para lograr este objetivo; el mecanismo utilizado, es adelantar una exposición continua, intensa, a través de un medio publicitario, más popular o colectivo.
Adentrémonos un poco más sobre la publicidad. Esta tiene tres elementos a difundir, como la marca (grupo político y su ideología); el producto o servicio (políticas públicas a materializar); y los atributos (efectos de las políticas públicas aplicadas o probabilidad de su efectividad y cumplimiento). La relación entre estos tres elementos, deben actuar cognitivamente en los futuros sufragantes.
A continuación, expongo un diagrama de Venn, que permite ilustrar las similitudes diferencias y concatenaciones (relaciones lógicas), entre los tres elementos señalados más arriba.
///
¿Qué se quiere significar? Que si un partido político cumple con sus políticas públicas es un partido legítimo. Que, si el partido político cumple con sus propuestas, al dar soluciones, genera credibilidad. Que, si las políticas públicas están ligadas estrechamente con sus soluciones, se evidencia el compromiso social del partido. Que si el partido político, sus políticas públicas, planteadas; y la solución a los problemas sociales, están estrechamente relacionados en su efectividad (eficacia-objetivos, más eficiencia-recursos), surge el comprometimiento y credibilidad de sus seguidores.
Por otro lado, es importante ver que la publicidad política difiere de la publicidad comercial, en el sentido que; en esta última, la experiencia del consumidor con el servicio o producto y sus atributos (verificación de sus calidades, beneficios, costos, etc.) se pueden evidenciar como verdaderos o falsos, inmediatamente se consume el producto o servicio. ¿Usted qué piensa de la publicidad política?
Quieren con ello despertar las emociones negativas como el odio, desconfianza, desesperanza, miedo, vergüenza, aversión, repugnancia de su oponente. Cuando no saben usar sus fortalezas, hacen uso de estas estrategias, más la demagogia, clientelismo y caudillismo.
Nuestros “políticos”, a través de sus asesores, conocen del comportamiento del colombiano del común. Saben que somos muy emocionales y por ello predicen para quién va ser el voto. En virtud de ello se dedican es a hablar mal de su contendor, introyectar un afecto negativo hacia él.
Es decir, generar aversión, repugnancia. Las emociones positivas son su enemigo. Saben que los sesgos cognitivos (creencia ilógica) pueden surgir, cuando se toma decisiones sin argumentaciones validas y confiables. La información establecida en las vallas, tienen ese propósito.
Por ello, es muy probable que leamos y confirmemos con esa información (emocional) nuestras propias opiniones (subjetivas).
Las siguientes formas publicitarias, entre otras, independientemente de sus colores, imágenes, tamaño y lugares de ubicación, son las siguientes:
“alcaldesa no abandone más a Bogotá. ¡Frene ya los abusos de la 1ra línea!”
“Bienvenidos al Magdalena donde el pueblo manda así no le guste a Duque”
“Colombia necesita nuevos liderazgos no más Uribe, no más Petro”
““Con estos hptas… no se puede hacer nada” ¡Conmigo sí!”
“Defendamos a Medellín de Quintero”
“Faltan 199 días para que Duque se vaya y cese la horrible noche”
“Gracias presidente Duque, usted Salvo a Hidroituango”
“Ni Uribe, ni Petro” (Y.… de la misma forma, al contrario)” ¿Plagio? Rodolfo Hernández Suárez, contra Anastasia Rubio Betancourt. (Adivinen ¿sobrina de quién?)
“Paremos a Petro”
“Que no nos abudineen el país”
“Senador 100% anti-uribista”
“Tú ¿de qué lado estás? Víctimas, NO JEP, Victimarios, JEP”
“Uribe presidente 2022”
De lo anterior se puede deducir y por ello me encantan las estadísticas y los posibles algoritmos, que pueden surgir de estos datos; es que se ve, que la comunicación va contra de la misma persona y de parte de diferentes autores políticos (aspirantes a cargos de estado).
¿Todos contra uno o dos? Lo triste es que no vemos o deducimos qué van hacer esos “políticos” para eliminar o amortiguar el dolor social.
Todo lo dicho, hasta el momento, también se puede entender, de algo que me contaron. Fue un hecho, en el cual vieron a un campesino dentro de su cosecha, arrodillado, con las palmas de las manos unidas, rezando de una manera muy devota, es decir entregando su fe, confianza, lealtad y sentimiento.
El observador se le acercó y le dijo, interpretando la situación, “me imagino que está rezando, para que el señor (Dios), le permita obtener una cosecha muy buena”. Él le contesto, “No señor, lo hago es para que la cosecha del vecino se le dañe, se pudra, no dé frutos”.
Así es el objetivo de las vallas o pancartas que usan nuestro “políticos”. Es dañar la imagen del otro. No muestra lo que puede lograr él y su partido.
Frente a las alianzas, coaliciones, grupos significativos de ciudadanos y demás formas de asociación de personas; emerge otro cuento, contrario a lo que vienen ejecutando los diferentes partidos políticos colombianos. No olvidemos, que estos ascienden a 22 partidos, de los cuales en la alianza centro esperanza se ubican cuatro partidos; en equipo Colombia, cinco partidos, al igual que para el pacto histórico.
Esto surge de un cuento, que quiere dar a entender, la diferencia de una negociación donde se busca ganar-perder o ganar - ganar.
En otras palabras, es una disputa de posiciones (conflicto) versus intereses (ventajas). Era un niño y una niña que estaban peleando por una naranja y cada uno argumentaba por qué debía, ser dueño de esa fruta.
El niño, decía que por ser el menor y que su madre lo quería mucho y ella que por que era la mayor, con más responsabilidad y no se le podía discriminar, por ser mujer. Al ver esta situación el padre pensó en dividir la naranja por la mitad (ganancia para cada uno de ellos del 50 %), pero prefirió hacerles una pregunta, que parece paradójica: ¿Para qué quieren la naranja? El chico dijo que, para comerse la pulpa y la niña, la cascara para elaborar un pastel.
Conclusión se repartió la naranja en partes iguales. Desde esa perspectiva, fue una ganancia del 100% para cada uno de ellos y sin resentimientos. Genero más amor entre ellos y que si dialogan, los beneficios pueden ser mejores. Podríamos decir, que los intereses son más importantes y se pueden conciliar, que las posiciones.
La comunicación y su entendimiento hacen una sociedad coherente.
Para finalizar quiero, desde mi perspectiva describir los tipos de electores: los que no se sienten representados por alguna casa política (independientes); los que se sienten representados por su grupo político (partidarios); aquellos que tienen otras formas de representación (opositores); y los que no creen en nadie (abstencionistas), que han perdido la credibilidad del sistema político colombiano, por presencia de la corrupción en los candidatos, manipulación de los votos, pérdida de valor y peso del voto en blanco, etc.
Por favor no dejemos que manipulen nuestro razonamiento emocional y a partir de allí expliquemos una falsa realidad. Esto ha llevado a tener enemigos en mi propia familia.