En la escuela básica me hablaban de Cristóbal Colón, Santander, Bolívar, Jesucristo, etc. En la barriada de jóvenes adelantados con sueños de poetas, de payasos, de ideólogos, me hablaban del Che, de Fidel, de Camilo Torres. En la secundaria me hablaban de Rojas Pinilla, Lleras Camargo, Lopez, Pastrana, y en la barriada me hablaban de Allende, de Bateman, de Engels, de Marx. En la universidad me hablaban de Adam Smith, Max Webber, Henry Fayol y en la barriada se disertaba sobre Mandela, Martin Luther King y muchos más.
Fueron épocas y temáticas que consolidaron un pensamiento político y social: la del sistema oficial, que destacaba aventureros de la conquista, próceres de la patria, misioneros divinos y políticos criollos; y la de la barriada que construía sueños de libertad, de lucha, de equidad y de justicia.
Hoy, bajando de la cima de la montaña de la vida y como en el pasado cuando la escalaba, sigo palpando y analizando las dos realidades con una piel más curtida. La del gobierno con desconfianza y la de los líderes de la barriada con escepticismo.
Del gobierno sigo viendo saqueadores como Colón; políticos corruptos de cuello blanco que hurtan el patrimonio público. Nuevas generaciones de falsos líderes criollos que gobiernan abusando del poder a través del clientelísmo, influencias, sobornos y burocracia. Judas que traicionan a sus electores incumpliendo sus promesas de campaña. Gobernantes de una misma estirpe social. Unos pocos apellidos que se repiten y heredan el poder, elegidos por una mayoría popular sin conciencia social para que ellos a la postre, gobiernen en beneficio de su propia estirpe.
Veo un sistema educativo funesto, donde prima el principio del "hombre de bien" basado en el “tener” por encima del “ser”. Un diccionario creado por el Sistema donde el significado de progreso y éxito está basado en el “dinero”: edúcate por dinero, empléate por dinero, trabaja más, endéudate más por tu apariencia y reputación, porque tu vales por lo que tienes, y no por lo que eres.
De la barriada veo poetas dejando un legado, payasos dando vida a la vida, verdaderos y falsos ideólogos que hablan de protesta, de revolución pacífica, de exigir derechos, de votar a conciencia, de denunciar la corrupción. Buen manual de palabras insulsas si no se traducen en verbo. Muchos de ellos transformados por el gobierno en políticos corruptos, acomodados como fichas del juego en una complaciente oposición que justifica la democracia del Sistema. Algunos que viven como los ricos del capitalismo y representan a los pobres del proletariado. Su discurso es el mismo, trasnochado. Laboralmente son ubicados de manera estratégica donde el Sistema los necesita para que figuren con caudal débil y poco fondo, como en mesas de concertación para fijar el salario mínimo anual y otros cargos afines para títeres.
Porque al parecer, los verdaderos poetas, los verdaderos payasos de la barriada, los ideólogos que el gobierno no puede transformar en políticos corruptos, los aparta del camino.
La historia universal está llena de políticos revolcándose en el lodo de la corrupción, desfalcando a sus países, como Benito Mussolini en Italia, François Duvalier en Haití, Augusto Pinochet en chile, Ferdinand Marcos en filipinas, Sani Abacha en Nigeria, Slobodan Milosevic en Serbia y Yugoslavia, Alberto Fujimori en Perú, Arnoldo Alemán en Nicaragua, Carlos Andrés Pérez en Venezuela, Carlos Salinas de Gortari en México,Abdalá Bucaram en ecuador, Carlos Menem en Argentina, Mireya Moscoso en panamá; y en Colombia,…..muchos, muchos políticos pervertidos hasta el infinito.
Como el bien y el mal, parecería que el individuo nace limpio y puro, y después se corrompe transformándose en político. El entorno familiar, educativo, social y cultural, ejerce su influencia y desarrolla “políticos corruptos" por un lado, o verdaderos poetas, payasos e ideólogos por el otro lado.
Hombres que como la mosca y la abeja pueden mirar el mismo jardín, aunque cada uno vea algo diferente. Mientras la abeja ve las flores, el verdor y la vida, la mosca ve excrementos, podredumbre y la muerte. Así mismo, mientras el poeta, el payaso, y el ideólogo ven el jardín Colombia con los ojos de la abeja, el político corrupto lo ve a través de los ojos de la mosca.
Al parecer, el detonante clave que desarrolla políticos corruptos es el "factor dinero". Dinero obtenido maquiavélicamente, que otorga poder político, poder empresarial, poder público, poder religioso, poder hasta para comprar conciencias y transformar la visión de abeja en mosca. Y como decía Echandía: ¿El poder para qué?, pues para pervertir, diría el político.
Si el político es corrupto se sostiene y vive de la corrupción, ¿cómo podría esperarse que gobierne y a la vez extirpe de raíz el mal?, ¿qué políticas macroeconómicas, sociales y educativas diferentes a paños de agua tibia podría desarrollar durante su gestión? Sería iluso pensar que va a poner en riesgo su hegemonía. Sería como darse un tiro en el pie. Así que, seguirán surgiendo de la barriada, a espaldas del gobierno, nuevas generaciones de poetas, de payasos que dan vida a la vida, de verdaderos ideólogos que finalmente lo reemplace.