Política electoral al desayuno con Doña María

Política electoral al desayuno con Doña María

Por: DonPalabras
mayo 17, 2014
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Política electoral al desayuno con Doña María
Foto: Usada como Ilustración. Créditos: cocogum.com.co

Doña María: Buenos días mijo, ¿lo de siempre?
Yo: Buenos días. Sí señora, lo de siempre. ¿Cómo amaneció?
Doña María: Bien mijo gracias, acá como siempre trabajando

Yo: Y ¿por qué tiene el televisor apagado?, siempre tiene las noticias a esta hora…
Doña María: Me mamé de esa pelea de Uribe y Santos, se insultan todo el día y uno ya no sabe cuál es más corrupto; que el uno chuzó, que el otro es amigo de la guerrilla, que el otro de los paras, que uno le dieron plata los narcos, que el otro es un gamín…ah, no. Ya eso es muy aburridor, yo más bien no voy a votar por ninguno; al fin de cuentas al otro día me toca trabajar igual, fiarle a la gente que está fregada, pagar arrendo, impuestos y servicios; pagarle la vacuna a los de la moto…y seguimos todos igual.
Yo: Bueno, pero esos no son los únicos candidatos…
Doña María: pues yo no veo a ningún otro, no salen en televisión y pues en los noticieros sólo hablan de ellos dos, y la verdad esa joda ya ni me interesa…
Después de intercambiar un par de ideas más, le pagué el desayuno a dona María y me fui pensando en lo que ella me dijo, y en su escepticismo justificado frente a la campaña electoral de la presidencia. La verdad es que los medios de comunicación y la llamada opinión pública están cayendo redondos en el juego del establecimiento: desestimular la participación electoral aumentando los niveles de abstención, de manera que la torta electoral tenga más participación por votos amarrados, comprados o forzados, que por opinión o análisis criteriado por parte de los ciudadanos; de este modo no es muy difícil mantenerse en el manejo del poder.

MÁS ALLÁ DE LAS PANTALLAS
Contrario a sacarle el cuerpo al debate, -como han hecho principalmente Santos, Zuluaga y Peñalosa- debiera hacerse un análisis del espectro político en disputa y lo que realmente representan los candidatos en pugna, más allá de las peleas y el show mediático:
En primer lugar habría que decir que contrario a los que dicen algunos opinadores propuestas y programas sí hay, existen una propuestas de gobierno programáticas que no vamos a debatir en este espacio, se encuentran en las páginas de cada campaña y los lectores sacarán sus conclusiones , pewro esos programas son clave porque que dan cuenta de cuáles son los intereses y proyecto de país que cada candidato tiene.
En segundo lugar habría que tratar de disipar el humo de las cortinas que han lanzado sobre la campaña tanto la unidad nacional como el centro democrático, por una parte porque si hay una comisión de delitos, las autoridades o las comisiones accidentales habrán de desarrollar sus “investigaciones exhaustivas” que seguramente llegarán a ningún lado, por otra parte porque el verdadero enjuiciamiento lo deberán hacer quienes salgan el 25 de mayo a las urnas, y este no habría de ser motivado por los odios o por la espectacularidad de un show mediático, sino porque se sopese por parte de la ciudadanía, qué significa o qué representa de fondo tal o cual candidato.
En tercer lugar habría que establecer que Zuluaga, Santos y Ramírez fueron todos miembros del equipo de gobierno de Álvaro Uribe, que Peñalosa fue respaldado por Uribe en las elecciones en Bogotá de 2011 y que Isabel Segovia fue viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media (donde nos rajamos en las Pisa) del segundo periodo de Uribe. Ahora, saldrán algunos a decir que Clara López fue novia de Uribe, ella misma ha reconocido esa relación de los años 70 del siglo pasado –muchos litros de sangre y kilos de coca antes-, no es lo mismo haber sido novia de Álvaro Uribe en aquel momento, que haber sido Ministro, viceministro o aliado político del mismo personaje desde el año 1992 hacia adelante.
Lo que viene al caso es que todas las campañas presidenciales –a excepción de la del Polo Democrático- han tenido relación política, burocrática o programática con lo que hoy se denomina –en un claro contrasentido- Centro Democrático, que es la extrema derecha en la política nacional.Y esto no sería un problema, si el mentor de este movimiento no fuese el responsable de la debacle social, económica, judicial, ambiental y política del país, quien durante ocho años desde la Casa de Nari plagó de sangre, impunidad, corrupción, arbitrariedad, chuzadas, falsos positivos, favorecimiento al capital extranjero y persecución a líderes sociales, opositores políticos y periodistas.

EL NUEVO FRENTE NACIONAL
Hoy nos encontramos frente a una suerte de reedición del Frente Nacional, donde el electorado se encuentra –presuntamente- abocado a elegir entre lo malo y lo peor, sectores de la derecha y de la extrema derecha se disputan el control de la res pública en pos de desarrollar un proyecto político y económico que en esencia es lo mismo: protección de los grandes capitales nacionales y extranjeros, crecimiento económico por encima de los derechos laborales y de la capacidad de recuperación ambiental, sostenimiento de la estructura y los privilegios de la guerra –aún en el cacareado posconflicto-, sometimiento del pueblo a través de un modelo de educación de pésima calidad, integración económica vertical al mercado global, industria extractiva, privilegio de la agroindustria, el mercado de commodities y el monocultivo sobre el derecho a la alimentación de las poblaciones, mantenimiento del negocio de la salud por encima del derecho a la salud.
Este es un modelo claramente defendido por Zuluaga, Santos y Ramírez; y para quienes creen que la propuesta de Peñalosa es algo diferente, me permito hacer dos aclaraciones: la primera es que la tecnocracia no es en sí misma un proyecto político, sino un modelo gerencial construido en el neoliberalismo bajo la presunción del fin de la historia y desaparición de las contradicciones entre el capital y el trabajo, en otras palabras la tecnocracia es una escuela de administración neoliberal que presume que no hay que discutir la política porque como está, está bien; la segunda aclaración es que la tecnocracia presuntamente neutral no puede adelantar una cruzada contra la corrupción si no discute a fondo el modelo neoliberal, pues uno de los pilares del funcionamiento del mismo es la corrupción generada principalmente desde los agentes privados.

MÁS ALLÁ DE LA GUERRA Y LA PAZ
Conocimos recientemente que un sector de los progresistas adhieren a la campaña de la reelección de Santos, el principal argumento –vamos a creerles- es que temen que el país regrese a la “época oscura” del gobierno de Uribe, lo cual estaría encarnado en el candidato Zuluaga, sin embargo se juntan con quien fue una de las mejores fichas del gobierno de esa “época oscura”. Este episodio da cuenta de una dirección que tomó la carrera electoral por la presidencia, y es llevarnos a la disyuntiva paz o guerra, con 2 presuntos únicos representantes de tales opciones; sin embargo creo que la real disyuntiva en este momento es: guerra o eliminación de las causas de ella, y del lado de la eliminación estructural de las causas de la guerra la única opción es la candidatura del Polo Democrático.
Si hay quienes le temen al regreso al periodo oscuro de la seguridad democráticacon el recrudecimiento de la guerra, la impunidad para los falsos positivos, el retorno impune de Luis Carlos Restrepo, María del Pilar Hurtado, Andrés Felipe Arias, Jorge Noguera y el resto del Bloque Casa de Nari que van a salir de la cárcel entre este y el próximo año –gracias al regalito de Justicia y Paz; creo que debieran temerle también a la perpetuación y legitimación de las causas de la guerra, debieran temerle al sostenimiento de un modelo de país que privatiza la riqueza y democratiza las pérdidas, debieran temerle al sostenimiento de un modelo que ha mantenido un creciente pie de fuerza en armas y somete a los educadores a un modelo mísero de salarios y derechos sociales, debieran temerle a la legitimación de la explotación de la naturaleza que compromete el futuro de nuestros hijos, debieran temerle a la continuación de un modelo de desarrollo que pone todos los huevos en la canasta de la industria extractiva, el agrobusiness y los comodities rompiendo la industria nacional. Debieran temerle al neoliberalismo profundo que representan por igual Zuluaga, Pañalosa, Santos y Ramírez.
Hoy doña María, usted yo y millones de Colombianos quienes sabemos que hace mucho tiempo Colombia anda por mal camino, tenemos la opción de marcar una verdadera alternativa de construcción de país. Con el Polo Democrático la alternativa es Clara.

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