Cuando la pelota rueda, los factores que influyen en el fútbol son extensos, uno de ellos, es la relación vestuario-jugador, involucrando grandes procesos técnicos, en los cuales explícitamente participa la confianza depositada en sus jugadores.
Esto último es lo que tanta falta le hizo al actual goleador de la copa del mundo en estos últimos años, cuando se circundaba de Benítez, solamente pudo brillar cuando menos poder tenía en el vestuario el español. Mientras que con Zinedine Zidane, su etapa fue triste, a pesar de tener números y partidos inolvidables, el francés nunca le brindó la confianza suficiente, ni tampoco gustó de James Rodríguez como debía hacerlo por su similitud en el estilo de juego con él.
El Bayern Múnich de la mano de Carlo Ancelotti hizo un llamado por retornarle la confianza al colombiano. James Rodríguez regresó pensando que podría tener nuevamente al lado al técnico que explotó sus mejores habilidades en su paso por el Real Madrid y que, además, lo custodió y le brindó la confianza que se necesitaba al llegar a un club de tanto peso.
Actualmente, James Rodríguez se ha transfigurado en un baluarte en el esquema táctico de Jupp Heynckes, su osadía a la hora de hacer pases quirúrgicos, centros a la cabeza con precisión milimétrica, su rebeldía de cara al gol, no han sido lo más sobresaliente en esta etapa. Sorpresivamente, Rodríguez ha tenido que acoplarse gradualmente en ocasiones a ser el equilibro del equipo y el centro de referencia entre la zona defensiva y ofensiva: un volante cinco.
Colombia a lo largo de su historia jamás ha contado con un volante cinco de categoría mundial. Ha contado con grandes jugadores… Higuita, Córdoba, James, Valderrama, Falcao, Asprilla, I. Córdoba, Tren valencia; son algunos de los nombres más sobresalientes que ha tenido el fútbol colombiano en su no tan saturada historia. Lo más destacado ha sido Abel Aguilar, un volante con llegada, con gol, y con un alto sacrificio cuando de quitar la pelota se refiere. Aun así, no estamos refiriéndonos a un jugador de categoría mundial, de grandes portadas, ni nada parecido.
José Néstor Pekerman ve en esta posición una deficiencia, dado que Abel está en la etapa final de su carrera, y por ahora el único que tiene condiciones similares a lo que se requiere es Mateus Uribe. James Rodríguez ha tomado ese rol fundamental en el Bayern y lo ha hecho de gran forma, ha optado por ser un sacrificado. Probablemente, esto, amortiguará sus números: los goles, las asistencias probablemente en ocasiones pasarán a un segundo plano. Aunque a la larga, tendrá un crecimiento defensivo, que lo convierte en un baluarte en la posición que desee jugar. Aunque francamente, James Rodríguez es un jugador de cara al gol muy efectivo, por lo cual Heynckes tendrá en él un trotamundos y un polifuncional jugador, al que cada día le explota esas brillantes habilidades que tiene y esa condición técnica exquisita, que lo hace estar en la élite del fútbol moderno.
