El 1 de septiembre del 2020, en la localidad de Usme, dos primas de 9 y 15 años se dirigían a una tienda para comprar un helado. Dos miembros de policía que eran conocidos en el barrio procedieron a llevarse a la niña de 15 años a un CAI cercano sin motivo aparente la esposaron mientras la maltrataban para subirla a la patrulla.
Al interior del CAI, los policías la insultaron con palabras soeces mientras la golpeaban y pateaban dejando su rostro con hematomas y su cuerpo con signos de tortura. Como si no fuera suficiente, uno de los policías le dijo a la menor "esta piroba si esta buena" y procedió a manosearla agrediéndola sexualmente. El padre y hermano de la víctima fueron al CAI a enfrentar a los policías quienes se defendieron argumentando que habían firmado un documento constatando que le entregaban a la menor en perfectas condiciones.
De inmediato, la menor fue trasladada a un centro médico y la incapacitaron durante dos semanas. Según su padre, su hija no ha vuelto hacer la misma, esta en décimo grado y no ha podido continuar con sus estudios pues se encuentra sumergida en una gran depresión y esta en constante monitoreo psicológico.
Lo más preocupante es que los policías han estado hostigando a la familia, vigilan a menudo su vivienda y en una ocasión amenazaron al padre con "cargarlo con kilos de cocaína" para que fuera preso. A pesar de que se tramitó la denuncia hace un mes por el delito de acto sexual abusivo en concurso con abuso de autoridad y lesiones personales los uniformados siguen trabajando y la familia no tuvo más opción que dar a conocer el caso a los medios de comunicación, temen por su seguridad y la de la menor.
A continuación, la denuncia: