Nos hemos encontrado en la fría capital con un gigante humano (Patrullero Rubén Darío Rozo Giraldo) , encadenado, cuya lucha por miles de uniformados, dejan al descubierto una de las realidades existentes en la Policía Nacional de Colombia: Por qué el hombre y la mujer policía, sus familias, no pueden consolidar sus proyectos de vidas laborales y familiares? Porque no se lleva a su mínima expresión la delincuencia común y organizada? Porque las condiciones mínimas de seguridad y convivencia ciudadana no pueden de manera alguna, garantizarse a los colombianos? En sus palabras Rubén Darío Rozo Giraldo ya ha hecho público las respuestas a dicha realidad y en la que él hace reflejo y se ha inmolado legalmente, asumiendo todo un sacrificio hecho en beneficio del bien de otras personas. En esa inmolación, sacrificándose también, se encuentra la mujer colombiana, la esposa, la madre de unos bellos y pequeños niños, que en el desarrollo de estas líneas, sabemos se encuentran alejados de sus padres. La mujer, la heroína también, Luz Marina Rodríguez. Al lado de su esposo, amarrado a cadena, mal alimentados, exponiendo sus condiciones de salud.
En Plaza de Bolívar, aludidos héroes se encuentran esperando, como lo seguirán haciendo; la llegada, la intervención o el pronunciamiento del Procurador General de la Nación, doctor ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO, y en el que encuentren oxígeno y freno a toda una intencionalidad de continuar atentando contra su mínimo vital y a través de reiteradas suspensiones provisionales construidas en decisiones que hacen titular material e intelectual a uno que otros Oficiales Superiores y Generales de la apreciada Policía Nacional. Adoptar el esquivo Poder Disciplinario Preferente ha sido el norte en los actuales momentos de la petición pública que acompañamos muchos colombianos y en reserva muchos uniformados en servicio activo de la querida institución armada. Pero siendo mayor sentimiento, una real participación del Procurador General de la Nación frente a la grave y seria crisis que crece y sigue creciendo, en afectación de miles de policías, en quienes siguen escapando las oportunidades de un ascenso, las oportunidades de un retiro, no obstante del tiempo cumplido.
No durmiendo, si en vigilia, a intemperie, expuestos al peligro de la soledad del lugar, sin la visita de su directo jefe (Mayor General JORGE HERNANDO NIETO ROJAS – Director General de la Policía Nacional) como manifestación humana, no solidaria ya que se revelaría a los ojos del Ejecutivo (Presidente y Comandante General de las Fuerzas Militares y de Policía, JUAN MANUEL SANTOS CALDERON), perdiendo muchas prebendas; continua el David de los policías: El Patrullero RUBEN DARIO ROZO GIRALDO.
Tendrá que seguir en esa lucha, en la que extranjeros y nacionales no se hacen ajenos al conocimiento de la misma, en la que destacados y solidarios profesionales del derecho suman esfuerzo y respaldo (doctores Jesús Rafael Vergara, Jorge Iván Mina Lasso, José A. Paloma, Jorge Forero, José Ignacio Calle y no terminaríamos), asociaciones de la Reserva Activa de la Policía Nacional y Fuerzas Militares, medios de comunicación y solidarizados periodistas, familias enteras, ya millares de colombianos. A espaldas el Mando Institucional representado en Generales de la Policía Nacional, ya tendríamos que incluirlos a todos, pues no ha habido una sola pública materialización de preocupación y solución al drama de quien se erige como prueba humana del abandono de construir y levantar a dicha institución.
Se preguntan sus superiores y teniendo a la vista pública en plena Plaza de Bolivar en la ciudad de Bogotá: Donde estará el Patrullero Ruben Dario Rozo Giraldo?
