Casi 10 años, e incluso más, tuvieron que pasar para que en Colombia entendiéramos el impacto verdadero de YouTube. Ese mundo que para muchas personas de los 40 años para arriba es un poco difícil de reconocer y comprender. Aún sigue siendo un misterio para ellos ir a la Feria del Libro y encontrarse inmediatamente con un grupo de jóvenes quienes madrugan para hacer filas enormes para conocer a su youtuber favorito −comprar su libro, obviamente− y poder sentir que todas esas interacciones por redes han valido lo suficiente la pena, pues youtube permite que se rompan tantas distancias entre los fans y la figura pública. YouTube permite tantas maravillas como los productores de sus videos quieran.
Nicolás Arrieta es un youtuber de los viejos, de los clásicos. Empezó haciendo bailes de canciones que pegaban en su momento −Umbrella de Rihanna o Gangnam Style−, tiene su empresa de ropa, es escritor y ha publicado con Planeta −escribe él, él mismito lo hace−, es un anti-cantante y todo un profesional en ponerse piercings falsos. Es odiado y amado. Pero lo más importante: es un tipo que tiene consciencia de cómo se mueve este mundo digital y de por qué su forma de hacer crítica es tan eficiente, polémica y atractiva. Su comunidad ha crecido al lado de él, saben que lo siguen porque ha creado eso: comunidad y no únicamente un público. ¿Qué piensa de la responsabilidad de los youtubers como figuras públicas? ¿Qué piensa de sí mismo en esta industria? Son algunas de las preguntas que rodean esta conversación con Las2Orillas.
Estudió cine en Argentina, y es un gran amigo del joven director David Bohórquez, con quienes lanzaron en Cannes la película ‘Caliban’, y próximamente estará lanzándose en cines Colombianos.