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IV
Habría que preguntar a Dios por la barbarie, por la sangre derretida en las aceras, por el esbirro que disparó a la patria, a la inocencia de la Colonia y Galilea y otros tantos amores desgarrados. Tal vez hoy tengas miedo y no quieras visitar ya mi vereda asediada de ultramontanos vientos y ritos vagabundos. Ahora que murieron todos y con ellos la memoria disuelta en ataúdes, quisiera como Carátulas recomponer la casa y el guarapo y repatriar el sueño y el nombre de mi padre en el recuerdo. Tal vez no haya nada, ni flores, ni frutos, ni brujas, ni cosechas.
VI
La casa de mi abuela,
allá cerca al hospicio quedó sola cubriéndose de miedos,
un fogón grande ahumado de abandono,
salgo a la calle y me despido y me desvivo, me regreso, voy y vuelvo,
como un dios enloquecido sin ángeles ni siervos,
con un lúgubre malestar ante mis ojos,
como la casa de los pobres cayéndose a pedazos,
como versos heridos escurriéndose en el hambre,
como luces fugitivas que se cruzan en el fuego infernal de las palabras
VIII
Andalucía. “No sé si pueda recuperar la memoria de tus manos, retener el silbido de tus veredas infinitas, la luz de los faroles de la casa de mi abuela, la desbandada de las aves bombardeadas por intrusos y los gringos, la sonrisa de Denis, la bella niña que abrazó mi llanto al paso de los aviones y la muerte. No sé si pueda resarcir el martirio de tus calles alargadas y la bandera de tu gloria ensangrentada, las horas aciagas de mi madre con sus manos cansadas de penurias. No sé cómo alcanzarte, si en la nostalgia y los albores desiertos de la infancia, en los convites de los caminos y los miedos, si en los fangales de la historia o en la piel de los huyentes cayéndose a pedazos. No sé si pueda, Villa de mi alma, corazón de mi infancia maltratada, paraíso sagrado de mis abuelos y mi patria. No sé si pueda".
X
No sé de tu angustia, tu lloro ni tu gloria,
si aún yaces al pie de los balcones,
esa calle tañida de sangre,
amor y llanto,
ese placer de conjurar la muerte y sus miserias,
esa forma aletargada de mis versos
sin dolientes,
es algo insano,
un olor a sueño herido que inunda mis pulmones,
el rostro de mi hermano asomándose a mis huesos
XII
Patria. Pude verte en la sombra letal del desespero,
en el pálido sudor de los huyentes,
en la voz de los héroes gravada en asimétricas batallas,
en el vientre de los niños abultados de pobreza,
en las manos callosas de los desplazados de la tierra,
en la blasfemia de los burdos saltándose la historia,
en la calle echando piedra y gases, sueños y odio,
en la paz degollada del conflicto,
en la bestia cargada de manías y billetes y abrazos y miserias.
XIII
Calles sueltas, sueño muerto,
espejo del despojo hecho pedazos,
metafísica barca sin retorno,
ídolo de la infancia, puente herido,
casas vacías, salón apocado de la escuela,
ultramontano tropel desvanecido,
hojas mustias, sangre helada,
árbol desangrado, ilusión de los caminos,
pueblo mío, sempiterno dolor de las raíces,
armadura vencida en mil batallas,
diosa de la cosecha y la utopía,
villa mía, sueño impoluto de mi padre
muriendo en la espesura de Abya Yala.
@edisonperaltago
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