Israel destruyó en 1981 el reactor nuclear Osirak de Irak (lo que el régimen israelí llama Operación Ópera), poniendo fin al programa Nuclear de Sadam Husein. En 2007 hizo lo mismo con el reactor nuclear Sirio, y si Irán sale del Tratado de No-Proliferación (TNP), el régimen israelí atacaría el programa nuclear civil iraní.
Israel desde hace años lleva perfeccionando su armamento nuclear en el centro de Dimona. Se cree que el régimen sionista posee 400 armas nucleares (incluidas de protones, neutrones y mini bombas nucleares de última generación). Además de tener F-15, F-16 y los más avanzados F-35 todos suministrados por los EE.UU., (además, posee submarinos nucleares aportados por el gobierno alemán) y todos ellos con la capacidad de portar y arrojar armas nucleares con gran precisión, también posee misiles intercontinentales como los Jericho III, capaces de transportar ojivas nucleares con el poder de alcanzar cualquier objetivo en Oriente Medio e incluso en Europa, pero sobre todo preparándose para lanzar un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes.
Si tenemos presente que el primer conflicto Árabe-Israelí fue en 1948, el segundo en 1967 (donde Israel se anexó el Sinaí, el Golán, Jerusalén, Cisjordania y Gaza) y el tercero en 1973. El cuarto conflicto involucraría a Irán (y de pronto a Turquía) e Israel no saldría bien librado como en los tres primeros.
Irán cuenta con uno de los sistemas de ataque y defensa más poderosos y significativos de la región, posee misiles balísticos como los Shabba 3 y el mejorado Sejil 2, con una capacidad de alcance de 2000-2500 kilómetros con absoluta capacidad de llegar a Israel y parte de Europa. Dentro de su capacidad de defensa cuenta con los S-300 rusos suministrados por Moscú, también con el avanzado sistema Bavar 373 con una capacidad más avanzada que el S-300 ruso, y además podría a comprarle el S-400 a Rusia (el gobierno de Vladimir Putin se ha manifestado a favor de la venta de armamento de defensa a Teherán), asegurando definitivamente el control de los cielos de las amenazas de Israel y los EE.UU, si Israel ataca, por ejemplo, las instalaciones de Arak, Bushehr o Natanz, la respuesta de la República Islámica será inmediata y contundente. Además, Irán contaría con Hezbolá, que podría tomar el control norte de los territorios ocupados palestinos, sobre todo la ciudad de Galilea. Siria también ayudaría a Irán, teniendo presente que tienen fuertes vínculos políticos y militares, y Siria es consciente de que el sionismo es el principal responsable de la destrucción de su país.
Las sanciones brutales contra el pueblo persa por parte de los EE.UU. tienen como propósito evitar que el régimen israelí lance “un ataque preventivo” contra Irán, ya que Washington es consciente que un ataque sionista contra Irán desestabilizaría la zona y seria el suicidio de Israel dando inicio a la tercera guerra mundial con armas nucleares de por medio.
La idea del Gran Israel se podría construir bajo la limpieza étnica y despoblando los Estados árabes vecinos. Esto se lograría con el uso de mini-armas nucleares que tienen capacidad radiactiva reducida. Irán, Siria, Líbano e Irak serian víctimas del Holocausto nuclear orquestado por Israel. Despoblar estos territorios para después anexarlos a su sueño imperial de su Macro-Estado.
Después del abandono del acuerdo nuclear por parte de Donald Trump por órdenes directas del Lobby sionista, la economía iraní se ha visto seriamente afectada, a esto se le suma la ineficacia y subordinación de la comunidad europea, incapaz de cumplir con sus obligaciones. Si Donald Trump es reelegido y las sanciones continúan a Irán no le queda otro camino que abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), y si Israel ataca empezara una guerra con una escalada con consecuencias inimaginables para Oriente Próximo y el mundo entero. Estados Unidos no es capaz de detener el monstruo que ha creado, el Estado de Israel de verse abandonado por EE.UU, sería capaz de destruir todo Oriente Medio con Armas nucleares.