Germán Vargas Lleras el máximo líder de cambio radical ha tomado la “decisión” de “apartarse” de su partido e inscribir por firmas su candidatura a las elecciones presidenciales del 2018. ¿Por qué se toma esta decisión?, ¿incurre en doble militancia?, ¿está inhabilitado para ser presidente?
Abordemos el primer interrogante, pero para esto hay que mencionar el prontuario de Cambio Radical: es un partido de origen liberal, que hizo parte de la coalición del gobierno de Uribe en el 2009 y posteriormente de la coalición del gobierno del presidente santos. Es el partido que más ha avalado parapolíticos, que más gente tiene encarcelada por diferentes casos de corrupción y que avaló a Kiko Gómez. Además, 349 miembros han sido sancionados y 41 destituidos, tiene 19 congresistas condenados por parapolítica.
Como observamos este partido es actor principal en la crisis política e institucional que afronta el estado colombiano, en palabras coloquiales está desprestigiado. Ahora bien, Germán Vargas Lleras es el máximo líder de ese partido político y como es apenas obvio, no es conveniente para sus aspiraciones políticas inscribirse con el aval de Cambio Radical, muy a pesar de que él también es responsable de su crisis, sencillamente porque es su cabeza visible y se cree que ha estado involucrado en escándalos de corrupción.
Entonces, es evidente que en la coyuntura política actual a ningún candidato le conviene que lo relacionen con el presidente Santos y mucho menos con Cambio Radical o con cualquier partido que sea de centroderecha o derecha porque han fracasado en lo que llevan ostentando el poder. Por esta razón, Vargas Lleras desde hace ya mucho tiempo se mostraba como opositor del presidente, algo nunca antes visto y que solo pasa en Colombia: el vicepresidente expresando públicamente los desacuerdos con el presidente. Eso sí, por supuesto pensando en las elecciones presidenciales, ya que si se mostraba contrario a Santos podría captar la intención de voto de sus detractores que son muchos.
Ahora, en otro acto de astucia propio de un zorro de la política, decide dizque apartarse de Cambio Radical para inscribirse por firmas, estrategia que le permite hacer campaña por debajo de cuerda antes de que la ley lo permita, también obtener doble financiación (la del grupo significativo de ciudadanos y la del motor económico y humano de Cambio Radical). Sin embargo, el objetivo principal de esta estrategia es hacer que el grueso del pueblo colombiano olvide que hizo coalición con Uribe, con Santos y que su partido es uno de los más corruptos de Colombia.
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Por otra parte, es momento de ver si con esta jugada maestra le está haciendo conejo a la ley o si se equivocó y se inhabilitó por doble militancia. Para analizar este caso debemos invocar el artículo 2 de la Ley 1475 de 2011 que establece: “En ningún caso se permitirá a los ciudadanos pertenecer simultáneamente a más de un partido o movimiento político. La militancia o pertenencia a un partido o movimiento político, se establecerá con la inscripción que haga el ciudadano ante la respectiva organización política, según el sistema de identificación y registro que se adopte para tal efecto”.
Esta primera parte de la ley muestra un grave vacío, ya que por un lado una persona puede renunciar formalmente a su partido y seguir militando en él, como parece ser el caso del señor Vargas Lleras. Por otra parte, si observamos la conducta de los que militan en Cambio Radical vemos que todos tienen como principal objetivo llevarlo a la presidencia. La página web de Cambio Radical hace principal énfasis en las “buenas” funciones de Germán Vargas Lleras como vicepresidente de la república, mostrándolo como ejemplo de gestión y honestidad.
Por otro lado, la inscripción del comité recolector de firmas que aspira a inscribirlo como candidato presidencial no constituye desde el punto de vista jurídico un partido o movimiento político, ya que su personería jurídica la obtendría en el futuro si llena los requisitos de ley, por lo tanto Vargas lleras se beneficia de esta alternativa creada para los que no tienen apoyo de partidos o movimientos políticos haciendo con anticipación “proselitismo político” y recibiendo financiación estatal a través del sistema de reposición de gastos por votos válidos obtenidos. Si bien vemos un vacío legal, se podrían llenar con los principios y valores constitucionales y el CNE debería poner alto a esta evidente transgresión de los principios y valores democráticos.
La otra parte del artículo 2 establece lo siguiente: “Los candidatos que resulten electos, siempre que fueren inscritos por un partido o movimiento político, deberán pertenecer al que los inscribió mientras ostenten la investidura o cargo, y si deciden presentarse a la siguiente elección por un partido o movimiento político distinto, deberán renunciar a la curul al menos doce (12) meses antes del primer día de inscripciones”.
Si tenemos en cuenta las fechas publicadas por la Registraduría para las inscripción de candidatos, el primer día de inscripciones es el 27 de enero del 2018 y si contamos 12 meses hacia atrás, Germán Vargas lleras debió haber renunciado a su curul y a su partido el 27 de enero del año 2017. No obstante, la renuncia a la vicepresidencia según la prensa se hizo a partir del 21 de marzo del 2017 y la del partido hace pocos meses. Como vemos en ambos casos no cumple con los 12 meses que establece la norma para poder inscribir su candidatura presidencial y mucho menos aspirar con el aval de una partido, movimiento o grupo significativo de ciudadanos distinto de Cambio Radical.
A nuestro modo de ver el señor Vargas Lleras incurre en doble militancia y está inhabilitado para ser presidente de la república y el CNE debe hacer respetar los principios y valores democráticos, garantizando la igualdad en las condiciones de los aspirantes. La ley no es la única fuente del derecho y debe aplicar la norma sistemáticamente en armonía con los valores y principios constituciones.
El director del partido Cambio Radical expresó que “Germán Vargas Lleras es más que un partido”, pero no es más que la ley. Las autoridades competentes deben poner un alto a aquellas personas que con sus influencias políticas y económicas pretenden estar por encima de todos. Sería la estocada final para matar a la sociedad colombiana que suba a la presidencia una persona que le hace conejo a la ley.
