Una publicación de Editorial Diké
PRESENTACIÓN DEL AUTOR (FRAGMENTO)
No negociar los principios es una decisión virtuosa, sin importar cuán difíciles o desafiantes puedan ser las consecuencias de tomarla en medio de cualquier dilema ético o circunstancia. Aunque la recompensa por actuar con integridad puede demorar en manifestarse, su llegada es ineludible y el beneficio puede presentarse de formas inesperadas y gratificantes como el respeto ganado entre aquellos que valoran la coherencia, el fortalecimiento de la autoestima por permanecer fiel a uno mismo y, en muchos casos, la creación de un legado que trasciende el tiempo, inspirando a otros a seguir el mismo camino. Aun así, es inevitable enfrentar momentos de tristeza, frustración e impotencia; pero al final, el bien prevalece sobre el mal, la verdad se impone a la mentira, y quienes obran con rectitud triunfan sobre la injusticia, demostrando que la firmeza moral y el carácter ético, aunque difícil de practicar en tiempos de permisividad o indiferencia social, y de “cultura del atajo[1]”, son las agujas magnéticas de la brújula interior que permite tomar decisiones con entereza, para promover el bien común.
Desde entonces, cuando escogí el título de esta obra, pensé y me inspiré en la que fuera mi columna más emblemática: “¿Podremos derrotar la hidra de Lerna?”, donde planteaba cómo Alias Popeye uno de los sicarios más sangrientos de Pablo Escobar se convirtió en YouTuber, autodenominándose con cínico orgullo el “general de la mafia”, alcanzando más de 300.000 seguidores en las redes sociales; mientras otros narcotraficantes, paramilitares, terroristas y delincuentes de cuello blanco ocupaban amplios espacios en los medios de comunicación, y sus testimonios, alevosía y osadía criminal eran utilizados para aumentar el rating, fabricar testigos, montar pruebas, generar caos, zozobra y animosidades.
De hecho, encontré una metáfora ideal para explicar la problemática, en la historia épica de este conocido monstruo, en tanto, “La Hidra de Lerna” era un adefesio de la mitología griega con múltiples cabezas que, al ser cortadas, volvían a crecer duplicadas, y por tanto se convertía en una poderosa ilustración para describir la complejidad del crimen, la violencia y la corrupción en la sociedad moderna. Al igual que la hidra, el delito y el crimen parecen multiplicarse y diversificarse cuando se intentan erradicar por medios convencionales.
En el capítulo I, titulado: "Metástasis en el poder: La lucha inacabada contra la corrupción” abordamos que la lucha contra la corrupción implica una reconfiguración profunda de las estructuras que permiten y perpetúan este comportamiento. La conclusión es categórica: no necesitamos a Hércules para eliminar la hidra de Lerna. En nuestro país, este monstruo de diez mil cabezas desaparecerá cuando la educacion cumpla su fin de asegurar una cultura de rechazo a lo ilegal, los criminales se queden sin su principal motivación: el dinero y los bienes, cuando desaparezcan las bases y fuentes del crimen como los cultivos ilícitos, las cárceles cumplan con su misión resocializadora; los jueces no permitan que los reincidentes vuelvan a las calles; se decrete prisión perpetua para psicópatas criminales y cuando se restablezca el respeto por la justicia y la autoridad.
En el capítulo II, titulado: “La espiral infinita y creciente de la criminalidad y la violencia”, todos los escritos de opinión hacen un llamado, frente a los peligros que representa la polarización de un tema tan neurálgico como lo es la seguridad, y la licencia que se otorga a aquellos que delinquen abiertamente y no tienen límite a la hora de entorpecer la acción investigativa de la justicia. Entre otros argumentos, se revela el recrudecimiento de la criminalidad y la violencia en Latinoamérica, la crisis que atraviesa la institucionalidad y la adopción de políticas permisivas que incentivan el delito y el deterioro de la sociedad, como los intentos de legalización del consumo de marihuana con fines recreativos.
Por su parte, a la luz de los cambios sociopolíticos que han reconfigurado la interacción entre el Estado y la sociedad durante las últimas tres décadas, se escribieron los artículos que integran el capítulo III, titulado: “Crisis de gobernanza y gobernabilidad: un desafío que trasciende la función policial". A esta posición se suman otros argumentos de opinión informada y estructurada, que facilitan la lectura del tren de “la Paz Total”, del primer gobierno de izquierda del país; y cuyas estaciones más neurálgicas en Arauca, el Catatumbo, el Bajo Cauca y el Pacífico sur, tienen el reto de ser conquistadas institucionalmente, el cuidado de las fronteras y la protección de la vida, mediante la desactivación de estructuras ilegales y de emporios criminales que desde hace muchos años le pertenecen al ELN, a la nueva Marquetalia, a las disidencias de las Farc, al Clan del Golfo, al Tren de Aragua y ahora a los carteles mexicanos; y a conveniencia de vecinos dictatoriales, según se deduce del caso de Venezuela y su cooptación del ELN, como lo planteo en la columna “Durmiendo con el enemigo”.
Cada línea de esta obra, es el resultado de muchos años de investigación y de análisis riguroso sobre las complejas coyunturas que enfrenta nuestro país y la región
Entonces, al continuar analizando y cavilando sobre la complejidad del tema, me volví a preguntar… ¿será posible en Colombia derrotar a la hidra de mil cabezas que representa el crimen, la violencia y la corrupción?, después de varias reflexiones, hallé una respuesta contundente: ¡NO! Mientras la corrupción sistémica siga arraigada, las instituciones sean débiles, las mafias superen en poder al Estado, y los líderes de la nación persistan en traicionar los principios éticos con cinismo y descaro, bajo la idea de que “todos roban o mienten” y los niveles de incoherencia quedan claramente al descubierto cuando gobiernan en el poder. La corrupción –que es la cabeza de la hidra- y sus delitos conexos se presentan como una sombra omnipresente que contamina y oscurece todos los ámbitos de la vida cotidiana, al intimidar a funcionarios honestos, algunas veces inducirlos al suicidio, socavar las bases del sector público, erosionar la confianza en las instituciones, corroer al sector privado y contagiar las corrientes ideológicas o teóricas de la academia. Fue así como quise reivindicar la columna de opinión titulada “¿Podremos derrotar la Hidra de Lerna?”, publicada en medios nacionales e internacionales, y que fue distinguida por la Corporación Excelencia de la Justicia en diciembre de 2022, al ser una de las contribuciones más sobresalientes en el ámbito de la justicia.
Quisiera expresar, al respecto, que cada línea de esta obra, es el resultado de muchos años de investigación y de análisis riguroso sobre las complejas coyunturas que enfrenta nuestro país y la región. Un esfuerzo intelectual y racional basado en una experiencia acumulada durante más de 33 años en la Policía Nacional, la Agencia Nacional de Inteligencia (DNI) y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). También la integración de experiencias vividas luego de haber visitado mas de 60 países. La integración del conocimiento adquirido durante mi trayectoria policial junto con el aprendizaje obtenido de mentores y colegas en diversos contextos nacionales e internacionales, me ha permitido desarrollar una perspectiva propia y enriquecedora, en cada postura editorial.
La obra resalta que, sin un firme compromiso con la legalidad y la transparencia, cualquier intento de transformación estructural se verá gravemente limitado. En palabras de San Agustín, "la verdad es como un león; no necesitas defenderla, déjala libre, se defenderá a sí misma", lo que nos recuerda que la habilidad de una sociedad para avanzar y renovarse en pensamiento y acción, depende de su disposición de conocer, actuar y confrontar las motivaciones o intereses de sus gobernantes o líderes, mediante el conocimiento, el acceso y la aprehensión de la verdad, por incómoda que sea, porque sólo ella, nos hará libres[2]. Esto es un hecho.
[1] En su enfoque pedagógico, el profesor Antanas Mockus enfatiza la importancia de la adherencia a las normas y leyes como un medio para construir una sociedad más justa y equitativa. En consecuencia, la "cultura del atajo" es una forma de evasión de estas normas. En su práctica, las personas buscan soluciones rápidas donde predomina el interés personal o particular sobre el bien común.
[2] Esto quiere decir que el conocimiento no necesariamente afecta el comportamiento de los sujetos. Podemos saber muy bien algo, y aun así actuar en contra de ese conocimiento, dado que nuestro deseo apunta hacia otro lado. (Juan 8:31-38).