Faltan aproximadamente 850 días para que se realicen elecciones de gobernadores y alcaldes para el período 2020-2023. Un buen espacio de tiempo para meditar serenamente qué tanta madurez política hemos logrado para la toma de decisiones al momento de elegir nuestros mandatarios.
El escrito de hoy es el de un ciudadano de a pie, preocupado por la avalancha de actos de corrupción en el sector público, en el que cada acto nuevo supera con creces el anterior. La ley 131 de 1994, en su artículo 1°, señala: “en el desarrollo del artículo 259 de nuestra Constitución Política…VOTO PROGRAMÁTICO….Es el mecanismo de participación…los ciudadanos que votan para elegir gobernadores y alcaldes, imponen como mandato al elegido, el cumplimiento de su Programa de Gobierno”. Es decir, los ciudadanos que votaron por el elegido le otorgaron poder o mandato para representarlos, y de hecho administrar los recursos de su departamento, municipio o distrito.
Cabe anotar que los recursos a administrar son dineros del estado, no son del partido o grupo político al que pertenece el elegido, ni son del gobernador, ni son del alcalde. El incumplimiento del Programa de Gobierno, ya sea por parte de un gobernador o alcalde en el ejercicio de su gestión pública, se convertirá en fundamento jurídico para que los ciudadanos que lo eligieron adelanten un proceso de revocatoria del mandato, reglado por la Ley.
Es ese el poder de tu voto. Con ese mismo voto, si eliges bien, determinarás una buena gestión en el sector de educación, en salud, en saneamiento, básico, en deportes, en vías y lo más importante, en una mejor inversión social. Si eliges mal habrás contribuido con tu voto a un desastre social, y serás el responsable de condenar a tu pueblo, a tus hijos y los hijos de tus hijos, a la desesperanza, al olvido y a la ignominia de una mayor pobreza.
En el 2019, se darán nuevas elecciones. Tienes tiempo suficiente para pensarlo, reflexionarlo, comprenderlo y decidirlo, y así no correrás el riesgo de equivocarte. Si te equivocas por la ceguera que a veces produce las pasiones o fanatismo político, será tu conciencia la que te juzgue, es el juez por excelencia por lo inexorable e implacable. Analiza, examina, evalúa y escoge al que consideres sea el mejor candidato, el que consulte las verdaderas necesidades de tu pueblo. Haz que se sienta el verdadero poder de tu voto. Tu voto no vale $50.000, ni un millón de pesos, tu voto es invaluable, significa el bienestar de tu familia y de tu comunidad. Elige Bien, es así de sencillo.