Otra vez la mafia del ciclismo internacional metió la mano en contra de un colombiano. El británico Jason Kelly y el malayo Azizulhasni se adelantaron descaradamente a la moto apenas venía la tercera vuelta, lo que equivalía a una descalificación fulminante. Los jueces tardaron 10 minutos en decidir. Al lado de ellos estaba el técnico británico presionando, diciéndoles lo que tenían que hacer. El video no dejaba lugar a dudas, allí se veía claramente que los dos ciclistas habían cometido una infracción lapidaria. Sin embargo, siguieron y, al final, se llevaron la medalla de Oro y Bronce respectivamente.
Ayer fue Cavendish quien tumbó a un coreano, ahora es Jason Kelly quien hizo lo que quiso sobre la pista. Lamentable que sea Gran Bretaña quien tenga de rodillas a la Unión Ciclistica Internacional y hagan lo que les da la gana. Chris Froome lleva ganando tres tours bajo la sospecha de dopaje. El año pasado el público francés, indignado, le lanzó en más de una ocasión vasos de orina en la cara. En esta edición lo vimos subiendo el Mount Ventoux a pie, corriendo, sin que al otro día existiera el más leve vestigio de cansancio. No se sabe todavía si es una droga que usa el Británico o su bicicleta tiene un motor, el caso es que Froome es indestronable. En estos juegos olímpicos lo vimos detrás de un auto, aprovechándose de las ventajas que tiene un ciclista de que un vehículo le corte el viento en contra. Nadie lo sancionó.
En pista parece que esa hegemonía es todavía total, no sólo por el evidente poder que tienen sus ciclistas sino que políticamente parecen indestronables. Lo de hoy fue un descaro, lo vio todo el mundo, lo chifló la gente del velódromo de Rio de Janeiro hasta quedar ronco. Pobre Fabián Puerta, como si fuera poco lo que ha tenido que sufrir para llegar a las olimpiadas, los problemas con la conexión aérea, el control antipodaje sorpresa, el haberse perdido en una ciudad que no conocía, se suma la frustración de una mala decisión arbitral. EEl británico y el malayo deberían haber visto la final desde la tribuna: no tenían nada que hacer, el video era contundente. Pero las potencias parecen haberse acostumbrado a ganar así sea por encima de la justicia. Lo de hoy es un ejemplo claro de eso.