La remolacha es uno de esos productos que abundan en las plazas de mercado pero escasean en las despensas de las casas. Principalmente por su color, este vegetal ha sido rechazado por muchos antes de probarlo. De la remolacha comemos su raíz, carnosa, dulce y de color rojo intenso y sus hojas que encontramos como acelgas en algunos lugares (la acelga es realmente una subespecie de la remolacha).
En esta ocasión quiero aprovechar su color y alto contenido de azúcar, así que mi primera receta será una sopa, cremosa e intensa, perfecta para días lluviosos. La segunda, un poco más sencilla y con el fin de devolvernos a la infancia serán unos malvaviscos también de remolacha.
Sopa de remolacha y cubios:
1. Pelen las remolachas y laven bien los cubios, la cebolla y el ajo.
2. Calienten una olla y derritan la mantequilla suavemente hasta que desprenda un olor dulce avellanado.
3. Agreguen a la olla el ajo y la cebolla cortada en julianas junto con el tomillo y suden los vegetales a fuego medio por 5 minutos.
4. Corten los cubios en cubos y agréguenlos a la olla, cocinen todo junto a fuego medio por otros 10 minutos. Los vegetales deberán oler algo dulces y muy aromáticos luego de este tiempo.
5. Corten las remolachas en cubos y añádanlas a la olla junto al caldo de vegetales. Revuelvan, tapen y cocinen a fuego medio durante 30 minutos. Revisen la olla cada tanto para asegurarse que no se seque. Si está un poco seca añadan agua.
6. Cuando las remolachas estén cocidas, licúen todo junto asegurándose de no mancharse con el color de la sopa. Mientras están licuando agreguen la sal y el aceite de oliva, esto emulsionará la sopa y la hará más cremosa y ligera.
7. Cuelen la sopa, sazonen y sirvan con un poco del yogurt natural y aceite de oliva encima como decoración.
Malvaviscos de Remolacha:
1. Para hacer el almíbar de remolacha deben extraer el jugo de tres remolachas en un extractor. Lleven este jugo al fuego y redúzcanlo hasta obtener 50 gr.
2. Para hacer el polvo de remolacha corten láminas de remolacha con una mandolina y acomódenlas sobre una placa para horno. Séquenlas durante 24 horas en un horno a baja temperatura (50ºC) y muelan las láminas hasta obtener un polvo fino.
3. Coloquen 400 gr de la leche en el congelador hasta que su temperatura baje a 2ºC.
4. Mientras tanto mezclen la gelatina con el resto de la leche en una olla pequeña.
5. Disuelvan la gelatina sobre fuego bajo hasta llegar a 40ºC. Viertan la mezcla sobre el bowl de una batidora.
6. Batan la mezcla de gelatina durante 30 segundo. Pasado este tiempo añadan la leche fría de un solo golpe.
7. Continúen batiendo por 3 minutos hasta tener una mezcla esponjosa y luego añadan el almíbar reducido de remolacha.
8. Batan la mezcla por 30 segundos más para mezclar el color y luego viertan la esponja sobre una placa con un papel parafinado asegurándose de dejar un grosor de 2.5 cm.
9. Lleven la mezcla al refrigerador por 2 horas.
10. Pasado este tiempo, corten los malvaviscos en cubos de 2.5 cm.
11. Mezclen el polvo de remolacha junto al almidón de maíz y la sal. Cubran los malvaviscos con esta mezcla y sirvan.
Esperen la siguiente semana un artículo nuevo para su recetario.
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