Al cerrarse el subpunto 2 del Punto 3 se establecieron las condiciones de reintegración social, económica y política de los excombatientes de las FARC y el movimiento político resultante. Al hablar en diferentes espacios sobre la importancia de una reinserción integral, a partir de un tratamiento excepcional y diferencial al excombatiente, muchas personas se han molestado por lo que fue acordado. No entienden por qué se les va a dar un “salario” mensual de 620.000 pesos, 2 millones de pesos al salir de las Zonas de Normalización y 8 millones como capital semilla. Por lo general me dicen: “yo que soy un ciudadano de bien y que me ganó el mínimo”, “ya es mejor ser guerrillero…” y hasta me han dicho “en Colombia ser pillo si paga”. Son comentarios propios de una inconformidad respetable pero desinformada y ajena a las dinámicas de la negociación y al dimensionamiento de una adecuada reinserción como un eje fundamental para la reconciliación.
Lo que el ciudadano debe comprender es que hay procesos similares de reintegración económica en el país. Colombia es un país que infortunadamente se ha configurado política y socialmente por el conflicto. Desde el desmonte de las guerrillas liberales en los años 50 hasta la inminente desmovilización de las FARC tenemos muchos antecedentes que debemos conocer y evaluar para efectos de consolidar un mejor proceso de reinserción. El acompañamiento económico y psicosocial es fundamental para el reinsertado. El incentivo acordado en 620.000 no es un sueldo, pretende ser el soporte financiero de los excombatientes mientras adelantan su proceso integral de reinserción, especialmente en capacitación y nivelación. Se acordó por 24 meses y estará supeditado al cumplimiento de ciertas condiciones. Asimismo, permitirá hacer un seguimiento a cada excombatiente y evaluar las condiciones efectivas de su reincorporación. ¿Qué está haciendo?, ¿Dónde y cómo se está nivelando?. Hay un antecedente con la desmovilización del EPL y la asignación de 75.000 mensuales (por un año) y 2 millones para adelantar un proyecto productivo. Asimismo, el último proceso de reintegración con las AUC contó con un esquema similar y a plata de hoy mucho más costoso. Vale la pena aclarar que saldría más oneroso que los excombatientes estuvieran en la cárcel que otorgándoles el apoyo económico.
Sobre los 8 millones de pesos también me han llegado comentarios de inconformidad. Hay que leer con detalle el Punto 3 para comprender los alcances de este capital semilla. Inicialmente en las Zonas de Normalización se hará un censo económico y se caracterizaran las posibles alternativas económicas de los excombatientes. Posteriormente el Ministerio del Interior revisará las condiciones de la propuesta y procederá a la asignación del dinero como capital semilla para financiación. Personalmente tengo la sospecha que muchos de estos proyectos serán agropecuarios y se enfocarán en el sector rural. No se les otorgará la plata de forma indiscriminada sino que se evaluará la viabilidad y asistencia técnica a la iniciativa (personal o colectiva). Un antecedente se encuentra en la desmovilización del EPL y el apoyo a los integrantes de esa guerrilla con un capital semilla de 2 millones de pesos. Sin embargo, el acompañamiento no fue el más efectivo y el capital perdió gran parte de su sentido como alternativa de reincorporación económica según han evaluado los mismos excombatientes en diferentes investigaciones. En este aspecto el Acuerdo final procura establecer condiciones más sólidas para la asignación de los recursos.