Desde las sociedades primitivas ha existido el concepto de prevención del embarazo. Antes de que la ciencia produjera el condón y las pastillas anticonceptivas, los romanos utilizaban métodos tan conocidos como el “coitus interruptus”, el matrimonio tardío, el celibato, entre otros. Dichas prácticas de anticoncepción fueron prohibidas por algunas leyes religiosas, ya que según ellos iban en contra de la “ley divina”.
Sin embargo, la ciencia ha demostrado que la planificación familiar salva vidas. Según Planificación Familiar 2020, con las 46 millones de mujeres que se sumaron al uso de anticonceptivos en el mundo en los últimos años, se evitaron 119 millones de embarazos no deseados, 20 millones de abortos inseguros y 137.000 muertes maternas.
Actualmente países como Bélgica, Francia y Reino Unido entienden que la planificación familiar es un asunto de salud pública, por ello más del 87% de la población tiene acceso a métodos de anticonceptivos modernos (MAC), lo que impacta directamente en la calidad de vida de la población, reduciendo la mortalidad infantil, la infección por el VIH y el Sida. Además, favorece a las mujeres, las cuales pueden separar su vida sexual de la maternidad, permitiéndoles decidir sobre el número de hijos que desean tener, disminuyendo la tasa de hijos no deseados, la mortalidad materna y el número de abortos peligrosos.
En Colombia, la mitad de los nacimientos no son deseados, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Ends2015). Esto es resultado de que la mayoría de estos embarazos se presentan entre los 15 y 24 años de edad. Esta situación conlleva a que las mujeres, sobre todo las adolescentes, no continúen con los procesos educativos lo que limita las oportunidades económicas y sociales, generando así hogares inestables y círculos de pobreza. Esta situación se agrava aún más cuando encontramos que el 73% de las adolescentes de 15 a 19 años no usan ningún tipo de MAC. Si esto no se combate con acceso al sistema educativo y educación sexual, el ciclo se repite. Según esta encuesta, el 33% de las mujeres gestantes vuelven a quedar embarazadas entre los 14 y 24 meses posteriores.
Las políticas y estrategias de planificación familiar agenciadas por los gobiernos de turno no están siendo efectivas para la juventud colombiana, porque para enfrentar esta problemática se debe eliminar las barreras económicas, políticas, religiosas, los tabúes que existen sobre el tema, para que hombres y mujeres puedan decidir sobre su cuerpo y planificar su futuro. La nación que invierte en la planificación familiar, está invirtiendo en el futuro de su sociedad.
Por esta razón, la planificación es un asunto de Estado y de salud pública, en donde el gobierno debe garantizar el acceso a una amplia gama de anticonceptivos modernos, fortalecer el sistema nacional de salud y promover la igualdad de género. Por eso, es imperante educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.