Por estos días la construcción del plan de desarrollo local están a la orden del día. Estos serán la ruta de trabajo de alcaldes y gobernadores , y abordarán todos las problemáticas y temas de región. Además, aterriza los planes de gobierno de alcaldes y gobernadores.
Uno de los temas que deberían ser parte de estos planes de desarrollo es el de la gestión del talento humano de las administraciones públicas territoriales. No hay ciudad ni departamento donde este tema no sea producto de prácticas clientelistas. Los empleos y contratos son botín para repartir.
La meritocracia constitucional imperativo que todo gobernante debería contemplar materializado en la democratización del empleo público para todos, y no para los políticos ganadores de las contiendas electorales.
Las veedurías ciudadanas y los sindicatos territoriales deberían de centrar sus acciones en esos propósitos.
Para el plan de desarrollo nacional del cambio hice ese ejercicio como sindicalista alternativo, ciudadano activo y participativo , pero solo fue atendida la propuesta de democratización por vía de tutela. A veces la participación ciudadana es solo una ficción.
La tutela llegó hasta el Consejo de Estado y, le ordenaron al departamento nacional de planeación dar una respuesta de fondo a la propuesta de democratización del empleo público ( empleos de libre nombramiento y remoción, provisionales, trabajadores oficiales y contratistas de prestación de servicios).
Planeación nacional con el apoyo de la función pública dieron respuesta de fondo y respondieron en síntesis que la propuesta era un imposible jurídico, casi que una locura.
Es decir, que hasta los gobiernos alternativos (Petro-Lopez) el clientelismo es necesario para gobernar y la constitución es un saludo a la bandera. Por eso pasa lo que pasa. Ni la Universidad Nacional escapa a esas prácticas patológicas de nuestra institucionalidad.
De todas formas este espacio es un ejercicio participativo donde el tema debería por lo menos ventilarse y ver la cara de asombro de concejales y diputados para su negación.