El último impactante resultado deportivo del fútbol mundial corresponde a la estrepitosa derrota del FC Barcelona ante el equipo Bayern Múnich en la Champions League… el resultado escandaloso, imposible de creer, como un mal sueño, difícil de entender y de asimilar por los hinchas culés y el mundo del fútbol.
La improvisación de las individualidades del equipo español versus la planeación de la colectividad interpretada a cabalidad por los miembros del equipo alemán. La responsabilidad individual versus la responsabilidad grupal. El escenario de la administración de la incertidumbre versus el escenario de la administración de la certeza.
Un equipo de fútbol es una organización similar a cualquier otra empresa de los diferentes sectores económicos, el objetivo del departamento de producción de un club de fútbol es la generación de buenos resultados deportivos, como una empresa, por ejemplo, de alimentos, que se enfoca en la producción y comercialización de los mejores productos con la calidad, presentación, precio y canal de distribución que satisfaga o exceda las expectativas de los consumidores.
Los resultados, positivos o negativos, son responsabilidad de la estructura piramidal de la organización. El resultado funesto del último partido de Champions League del FC Barcelona es una consecuencia de la inadecuada gestión administrativa de los últimos años y un reflejo de la perdida de comunicación en los procesos funcionales del club y del inadecuado trabajo en equipo, no solo en el terreno de juego, sino también en los niveles de media y alta gerencia. Se empieza a evidenciar la pérdida del enfoque estratégico y la pérdida de identidad del FC Barcelona, que es el juego de posesión y la potencialización de sus canteranos o jugadores de las fuerzas básicas; ahora, solo enfocado en fichar con jugosos contratos a jugadores que muy poco han contribuido a conseguir los buenos resultados deportivos que toda la afición está esperando y necesitando.
Cada partido de fútbol es un escenario diferente, es una situación nueva, es una oportunidad más para exhibir a sus seguidores, a sus fanáticos, a sus patrocinadores, a sus compañeros, a las directivas, a los medios de comunicación, a los clientes internos y externos el trabajo previo que se realiza antes de disputar el encuentro. Es el momento de la verdad, de la evaluación de desempeño formal, de presentar el examen, de dar en el terreno de juego lo que todos están esperando: el juego lírico y de resultados contundentes.
El director técnico, el maestro que maneja los hilos de los artistas del balón detrás del escenario, debe contar con la capacidad de conocer, evaluar y planear la acción que debe realizar en su próxima presentación, en su próximo escenario. Conocer y prever las situaciones de juego que se pueden presentar, definir y analizar como contrarrestar las fortalezas del rival, y como aprovechar sus debilidades, está es la adecuada gestión de escenarios.
Después de la batalla todos somos generales, dice la sabiduría popular. Sin embargo, si se aplica una adecuada metodología para analizar, planear, ejecutar la estrategia y táctica que requiere cada operación, cada partido de fútbol, aunado a la capacidad para comprender y corregir las brechas que se presentan en la operación, en la ejecución, en un alto porcentaje nos garantizará el éxito en la consecución de la meta y los objetivos propuestos.
El secreto a voces de la derrota del FC Barcelona frente al Bayern Múnich es que primó la individualidad sobre la colectividad, el funcionamiento operativo se basó en la capacidad de los artistas, en el rendimiento individual, en lo que cada uno de los once jugadores pudiera ejecutar a su manera. Su antagonista, el Bayern Múnich, se limitó a interpretar correctamente la partitura, cada uno de los artistas siguió los compases que su director le iba impartiendo, lo colectivo por encima de lo individual, los intereses de la organización por encima de los propios.
La adecuada aplicación de la administración por escenarios del equipo teutón fue impecable: análisis previo, planeación táctica, diseño y aplicación de conceptos de presión en campo contrario, apoyo y relevos defensivos y ofensivos, con la clásica disciplina y carácter alemán, siempre apegados al libreto que su director les entregó, y que cuando necesitó corregir o ajustar así lo hizo.