A veces incurrimos en el error de creer que los famosos por tener dinero, cuerpos esbeltos o reconocimiento, dejan de ser mortales y no sienten, por ejemplo, los dolores de perder un amor. Y si bien uno lo supone desde la distancia, es distinto ponerse en zapatos ajenos y escuchar de primera mano la historia. Así ocurrió con Shakira, quien por primera vez habló acerca de su separación durante una entrevista con la revista Elle España.
La artista de 45 años se refirió inicialmente a cómo el amor por Gerard Piqué le devolvió la fe en un Dios que creyó muerto, sin esperar que más adelante ese mismo idilio la expondría como nunca ante el paredón público.
La pareja se conoció en 2010 durante el mundial de Sudáfrica. Para ese momento la colombiana, reconocida mundialmente por éxitos como 'Suerte' o 'Hips don't lie', sostenía una vida nómada, a la cual renunció por amor al defensa del Fútbol Club Barcelona:
—Gerard, como futbolista, quería jugar al fútbol y ganar títulos, y yo tenía que apoyarlo. Quiero decir, que uno de los dos tuvo que hacer un sacrificio, ¿no? O dejaba su contrato con el Barcelona y se mudaba a Estados Unidos conmigo, dónde está mi carrera, o yo tendría que hacerlo en su lugar.
Entonces con los pantalones bien puestos en el nuevo rol de esposa y dos hijos fruto de aquella unión, Sasha y Milán; Shakira echó raíces en una patria lejana, que durante los últimos años ha tratado de clavarle una daga por la espalda, acusándola de evadir impuestos ante la Agencia Tributaria Española.
Si bien la cantante sigue firme en que no le debe nada al gobierno español y que se trata todo de una estratagema oportunista, también usada en contra de otros famosos como Cristiano Ronaldo o Neymar; insiste en ir a los juzgados para defender sus principios.
Ese carácter férreo y obstinado seguramente se lo heredó a su padre, quien es su héroe. O en sus palabras, "ejemplo de resiliencia y sabiduría". Este año viajó a Barcelona para darle apoyo a su hija, pero allí tuvo una caída, que le ocasionó un hematoma subdural de cirugía cerebral. Luego, una semana después, tendría otro accidente, donde se rompería varios huesos de la cara.
—Me las arreglo, supongo, recordándome a mí misma que necesito ser un ejemplo para mis hijos, que necesito ser lo que ellos quieren que sea, y en lo que yo quiero que se conviertan.
Pero no la tiene fácil. Los paparazzis han llegado a acampar fuera de su casa 24/7. Ella, con celo de madre, intenta proteger a sus hijos y ocultar la situación de ellos, pero se ha vuelto inevitable que en el colegio escuchen cosas de sus amigos o se encuentren con noticias, que normalmente tienen titulares mordaces y sensacionalistas.
Le decepciona lo crudo que ha sido el tratamiento de su situación en prensa y exalta lo importantes que han sido colegas como Chris Martin de Coldplay, Alejandro Sanz o Juan Luis Guerra en sentirse apoyada y entendida por otros.
—A veces solo quería quedarme en la cama, acurrucada con mis hijos. Pero tenía que levantarme, grabar un video y cumplir con mis obligaciones. Pero ahora ¡estoy tan agradecida por mi trabajo! Nos permite recomponernos, y darnos cuenta de quiénes somos y por qué estamos aquí, cuál es nuestro propósito y nuestra misión.
Ahora mismo, Shakira está totalmente inmersa en sus proyectos laborales y familiares. Cuando se le insinúa por una posible pareja, afirma que más bien quiere centrarse en cerrar el agujero de su pecho y esperar si algo pasa después. Quizás ya tiene suficiente con echarse al hombro la responsabilidad de sacar adelante tanto su carrera como su familia, superando en simultáneo la ausencia de Piqué, quien hasta hace pocos años, significó nada menos que el amor de su vida.