La reforma política hace sus últimos esfuerzos por salir adelante antes de que se acabe el periodo legislativo. La discusión llegó a la plenaria de la Cámara pero sin mucho respaldo. Sin embargo, el gobierno está haciendo todo lo posible para que el proyecto no se hunda.
El debate se calentó cuando el representante liberal Harry González denunció con vehemencia que un funcionario del gobierno lo estaba presionando para votar positivamente la reforma. Se trata de Susana Correa, directora del Departamento de Prosperidad Social, quien se acercó hasta la curul del representante del Caquetá diciéndole que si no votaba a favor no podía ayudarlo. Inmediatamente, González la señaló y le exigió al vicepresidente de la Cámara Atilano Giraldo que sacara a la directora del DPS. "¿Quién es esta señora? ¿Por qué me está diciendo que no me puede ayudar cuando yo nunca les he pedido nada?"
Efectivamente, Giraldo se lo pidió tres veces, pero Correa, quien estaba acompañada de la consejera para las regiones Karen Abudinen y el consejero político de presidencia Jaime Amín, no siguió la instrucción.
El representante Mauricio Toro también denunció la presión de Susana Correa, una mujer muy cercana al uribismo del que fue incluso senadora el periodo pasado, y calificó de chantajista al gobierno. A pesar de que el presidente Duque dijo desde el día cero que no iba a repartir mermelada, sus funcionarios parecen ir en contravía de su mandato.