Lo que una pareja hace en la intimidad, comunica. Y sexo y comunicación sí que tienen que ver. El fin de semana pasado estuvimos hablando En Blu Jeans, de Blu Radio, con el sexólogo barranquillero José Manuel González quien, con la gracia y el picante caribe que lo caracterizan, hizo énfasis en que “lo que no se pide, no se consigue”; así de simple.
¿La comunicación en el sexo tiene que ver con las palabras que se pronuncian durante la relación sexual? Según el doctor González, estudios demuestran que el 30% de la comunicación en el sexo es verbal. ¿Qué lenguaje debe utilizarse? Eso sí queda al gusto y usanza del emisor, pero también del receptor. ¿Importa el idioma? Pues supe que hay una estrella porno colombiana quien con un inglés mal pronunciado, combinado con expresiones fuertes en español, está siendo muy exitosa; reitero, la elección es personal.
Nuestro experto asegura que, en términos generales, el hombre va a la cama con el miedo de no ser suficientemente capaz de satisfacer a su pareja; con dudas de cómo le parecerá a ella su performance. Si no expresa lo que experimentó durante la relación sexual y no dice “ni mu”, está transmitiéndole a su pareja que le “está haciendo un favor”, así no sea cierto. Tampoco se le ocurra a mitad de todo gritar “la va a matar, la va a matar” mirando una película de acción, porque ahí sí perdió el año.
“La mujer en Colombia casi nunca expresa lo que quiere en la cama”, dice el Dr. González; ¡espera que su compañero adivine! Satisfacerla así es muy difícil. Nadie puede adivinar lo que el otro quiere. Es como aplicar en el sexo el juego “frio, frio, frio, caliente, caliente…”, o como decía en nuestro programa mi compañero argentino Diego Cejas: “Hacéle más arriba, girá dos grados…”; habría que tener brújula y termómetro y no, así no es. Nuestro sexólogo cuenta la anécdota de una paciente que narraba cómo su pareja le besaba el muslo y ella decía mentalmente “que me chupe la teta izquierda, que me chupe la teta izquierda”, y al final el tipo no adivinó. Pues se quedó sin que le chuparan la teta izquierda. “Es como si uno va a un restaurante y le dice al mesero: ‘Míreme la cara y adivine lo que quiero comer’”, asegura.
Bueno, ya hablamos del 30% de la comunicación durante el sexo, pero ¿en qué parte va el 70% restante? En lo que se hace y en la actitud que se tiene. Nuestro sexólogo dice que la mirada cuenta; claro que hay que definir qué mirada, porque se supone que —como dicen mis amigas—, todo el mundo está mirándose las cejas de la emoción. ¿Y lo que se hace hasta dónde va? Hasta donde el gusto propio quiera, bien sea que usted se dedique a puntualizar que hay que pintar el techo, o que hay que cambiar los bombillos, o que hay que enderezar los cuadros, hasta colgarse en las lámparas, meterse en un ascensor, o hacer el salto del ángel. Todo es un disfrute, tanto en la comunicación verbal como en la corporal.
Preguntar ¿te gustó?, genera duda. Quedarse callado, también. Exprese lo que siente. Diga: ¡Me gustó! ¡Me encantó! ¡Disfruté mucho la tarde, o el rato, contigo! Son mensajes de aprobación que generan vínculos y hacen que el otro se sienta contento, querido. “Comunicar en el sexo es tan importante como respirar”, dice el Dr. González.
Para terminar, ¡a lo que vinimos vamos!, como decían las mamás. Hombres dejen el miedo; mujeres dejen la pena y no teman ser mal juzgadas por pedir lo que quieren. Aprovechen hasta la tecnología para enviar mensajitos picantes de satisfacción. Como en el restaurante, de ahora en adelante olvídese de las comidas rápidas y pida a la carta... Mejor dicho, ¡Pídelo… y se te os dará!
¡Feliz resto de semana!