En medio de las tensiones políticas generadas por el trámite parlamentario incierto de su reforma a la salud, el presidente Gustavo Petro tomó una decisión radical: les pidió a todos sus ministros que pongan sobre su escritorio sus cartas de renuncia protocolarias.
La decisión del jefe del Estado fue anunciada a los miembros del gabinete por su secretaria privada, Laura Sarabia, quien los llamó para reiterarles algo que Petro ya había anunciado en su más reciente Consejo de Ministros: que estaba dispuesto a hacer todos los ajustes necesarios para garantizar sus reformas sociales.
Los ministros fueron notificados hacia las ocho y treinta de la noche, pocos minutos después de que se disolviera el quórum en la Comisión Séptima de la Cámara en el momento en que el presidente de esa célula legislativa, Agmeth Escaf, se disponía a abrir la votación del articulado.
A esa hora el jefe del Partido Liberal, César Gaviria, y el Directorio del Partido Conservador habían producido sendas declaraciones en las que señalaban que no apoyarían el proyecto, entre otras cosas porque su contenido no reflejaba los resultados de una concertación con la ministra de Salud, Carolina Corcho.
Petro tuvo una jornada especialmente difícil, durante la que casó enfrentamientos con los expresidentes César Gaviria y Juan Manuel Santos, y también con algunos medios que divulgaron un informe -aparentemente oficial- que tasaba el valor de la reforma por encima de los $170 billones.
El debate cobró especial efervescencia cuando la representante liberal María Eugenia Lopera al votar afirmativamente, para sorpresa de sus propios compañeros, la ponencia que proponía iniciar el primer debate formal de la iniciativa. “Esta noche podré a mirar a los ojos a mi madre y decirle que actué a conciencia”, dijo la parlamentaria.
Informado sobre lo ocurrido, Gaviria reaccionó con molestia y le hizo dos advertencias a la congresista: no solo se expondría a ser sancionada por violación a la ley de bancadas, sino que podría exponerse a ser acusada de cohecho. Con estas observaciones el expresidente estaba insinuando que la parlamentaria podría haber dado su voltereta a cambio de prebendas burocráticas.
La réplica presidencial no tardó en llegarle. Petro trinó en sus redes que no dudaría en acudir al Sistema Interamericano de Derechos Humanos si los congresistas comprometidos con la reforma seguían siendo constreñidos por sus directorios. El primer mandatario también cuestionó al expresidente por estar actuando movido por una orfandad de poder.
Después reaccionó con enfado cuando el también expresidente Juan Manual Santos dijo en un foro convocado por la Cámara Colombo-Americana en el Club El Nogal, en Bogotá, que Colombia tenía uno de los mejores sistemas de salud del mundo.
Santos recordó que la revista Lancet, especializada en temas de salud, había ponderado el actual modelo colombiano, como uno de los más avanzados de América Latina y el mundo.
“Mentiroso”, replicó desde zarzal, Valle, Petro. Según él el sistema es bueno solo para aquellos que tienen acceso a la clínica de la Fundación Santafé, en el norte de Bogotá, pero enormemente inequitativo e injusto para los habitantes de cualquier vereda colombiana que ni siquiera tienen un puesto de salud cercano.
El enfrentamiento de Petro con Santos no estaba en los cálculos de ningún analística político, pues desde el comienzo del gobierno el mensaje que enviaron ambos fue el de una unidad a toda prueba. Tanto, que santistas de primer orden como Roy Barreras, presidente del Senado; Alfonso Prada, ministro del Interior y Armando Benedetti, actual embajador en Venezuela, se convirtieron en alfiles de la coalición del gobierno.
Las controversias políticas, que con el pasar de las horas se transformaba en una crisis, incidirá irremediablemente en la suerte de la reforma.
Consciente de eso, el presidente de la República decidió sacar un as que guardaba bajo la manga: desataría su primera crisis ministerial para reacomodar las fuerzas políticas y mover las fichas del tablero en el que se juega el ajedrez de las alianzas políticas. En otras palabras, redefinir la estructura de la coalición de gobierno.
Se trata de la segunda crisis ministerial, generada por el mismo tema. Hace pocas semanas Petro relevó a sus ministros de Educación, Alejandro Gaviria; de Cultura, Patricia Ariza y de Deporte, María Isabel Urrutia.
🔴 #EnDirecto | Palabras del Presidente Gustavo Petro en la entrega del predio ‘La Calera’ en Zarzal, Valle. https://t.co/fvQma4nnpm
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) April 26, 2023
