Aunque no voté por el presidente Petro, debo confesar que albergo las esperanzas de que desde su liderazgo se puedan lograr las grandes reformas que este país necesita para entrar en el grupo de las magnas naciones del nuevo siglo, pues, así nos pese, es deber reconocer que los antiguos gobiernos se quedaron cortos en estas aspiraciones, toda vez que, aunque hubo buenas iniciativas, estas solo fueron de maquillaje.
De las grandes reformas que este gobierno ha presentado, hay que decir que la Tributaria pasó sin contratiempos, lo mismo el Plan Nacional de Desarrollo, pero las reformas insignias (ideológicamente) del gobierno agonizan y unas ya murieron, como sucedió con la reforma laboral y la despenalización del consumo de marihuana de uso adulto, y todo, porque no hay consensos con las fuerzas políticas.
Sobre las reformas hundidas, es menester manifestar, que no importan las intenciones del gobierno, sus ministros y su bancada de apoyo, si no se cuentan con las mayorías parlamentarias para darle visto bueno a las iniciativas oficialistas, y eso se reflejó en las votaciones de plenarias y comisiones. Cuanta falta hace en el gobierno, elementos que logren la concertación con los partidos, porque está demostrado que estos a las malas no caminan. Les guste o no, el señor Roy era garantía no solo del ejecutivo sino también del resto de facciones.
Personalmente, como abogado penalista y con alguna ínfula de pensador sobre las políticas criminales, me desanima el hundimiento del proyecto de ley de regulación de la marihuana de uso adulto, pues debemos entender que el Estado no debe inmiscuirse en lo que una persona se fuma, se inyecta, aspira o se toma, es una decisión que hace parte del libre desarrollo de la personalidad, además que como negocio es ampliamente lucrativo y podría generar enormes rentas tributarias al Estado (impuestos), así como sucede en países como Canadá y en varios estados de la Unión Americana, sin contar que nuestros territorios tendrían un nuevo auge económico.
Sin tapujos, digo que la oposición a esta iniciativa tiene un marco generacional importante y una carga ético-religiosa que no permite ver con objetividad los beneficios de este tipo de propuestas. Dense el placer de pensar con enfoque crítico un momento. Hace cien años en Estados Unidos el alcohol, si, el delicioso Johnnie Walker era ilegal, (es solo un ejemplo gráfico) y por contrabandear whisky muchos murieron, mientras solo la economía criminal creció. En fin, una batalla estúpida.
Además, dejemos de ser mojigatos, solo en Santa Marta, grandes familias de históricos apellidos hoy están de cabeza en el negocio del cannabis dentro de lo que actualmente la ley permite, ¿será que cuando legalicen la comercialización de cannabis recreativo no se lanzarán también a conquistar ese mercado? Pues deberían hacerlo, sino incluso yo lo haría, o si no, lo harán los extranjeros.
Ahora bien, como dije al principio, este gobierno tiene la oportunidad histórica de hacer grandes cambios, pero le escuché a Katherine Juvinao, “dentro del marco de una transición” porque a las malas y pretendiendo refundar el Estado desde sus cimientos no se podrá. El presidente Petro debe entender algo muy importante, Colombia no es Venezuela, nuestra política y la fortaleza de nuestras instituciones no son de la debilidad de las que están en el vecino país, aquí tenemos Cortes muy poderosas, un ejercito ideologizado hacia la derecha que aunque a grandes rasgos no es positivo (nunca un ejército ideologizado es positivo), en la coyuntura actual aleja la posibilidad de que nuestro presidente use a las fuerzas armadas para imponer sus deseos, y súmenle a eso, un pueblo mayoritariamente resentido con los radicalismos de izquierdas, pues nuestras inteligentes guerrillas se dedicaron entre otros asuntos, a matar civiles como si estos fueran el enemigo oficial (imbéciles).
Entonces, al presidente no es que le toque doblegarse para gobernar, pero sí le toca conciliar, pues si sigue por la senda de la arrogancia franciamarquizta (me inventé ese calificativo: franciamarquizmo = arrogante) lo único que va a lograr es un país convulsionado cuyo rumbo será impredecible y creo que hasta trágico.
En definitiva, Petro no está leyendo al país que le tocó gobernar, debe verlo con gafas transparentes para que entienda los sueños y las pesadillas de esta nación, porque si sigue mirando nuestras dinámicas sociales con el color rojo de la ideología se va a estrellar y bien fuerte.
A la oposición le digo, la Derecha es amplia, no toda está formada bajo las togas de los clérigos, hoy la Derecha es vario pinta, es liberal, defensora del libre mercado, también protectora de los sectores estratégicos de la economía nacional, es defensora de las libertades individuales, ama la seguridad, el cuidado del medio ambiente y sobre todo es racional, por eso mi humilde consejo es, crear una oposición estructurada intelectualmente que entienda que el ejercicio de la oposición es constructivo y sobre todo argumentado bajo las dinámicas de nuestros tiempos.
Que el gobierno sea miope es su problema y su maldición, pues el poder tiene ese mal intrínseco, pero que lo sea la oposición, es un acto de irresponsabilidad con la nación entera.
Pdta: Ojo con las regionales en Santa Marta y el Magdalena, es la gran oportunidad de quitarnos de encima doce años de discursos de odio y estancamiento.