Tras la instalación el próximo 20 de julio del nuevo y “renovado” Congreso, todas las fuerzas políticas con representación en la Cámara o en el Senado deberán precisar el tipo de relación que tendrán con el gobierno Duque. Solo hay tres posibilidades: oposición, gobierno o independencia. Así lo estableció el recién creado y aprobado Estatuto de la Oposición. A pesar de que algunos medios han afirmado que los beneficios contemplados en el estatuto serán prima facie para la Colombia Humana y Gustavo Petro como jefe de la eventual oposición, olvidan que las garantías de participación establecidas en el mismo serán para los partidos declarados en oposición y en ninguna medida para sus líderes o voceros a título personal. Esa legítima exigencia obligará a los partidos opositores a generar una constante articulación y establecer una agenda común para aprovechar de la mejor forma garantías como el derecho a réplica ante acusaciones graves del presidente, concertar 3 veces por período el orden del día en las mesas directivas del Congreso y contar con una financiación adicional. Hasta el momento entre los partidos que se presume serán oposición se encuentran: Polo, Alianza Verde, Farc, UP, MAIS, ASI y tal vez el movimiento Colombia Humana.
Tras esta primera aclaración surgen dos preguntas recurrentes en los círculos progresistas o sociales que se movilizaron en las elecciones presidenciales a favor de la Colombia Humana y que tienen su mirada puesta en las elecciones de 2019: ¿es la Colombia Humana un partido?, ¿puede la Colombia Humana otorgar avales para aspirantes a concejos, alcaldías o gobernaciones? Esta inquietud tiene mucho sentido, ya que muchos colombianos quieren ocupar cargos de elección popular a nombre de la Colombia Humana y darle estructura a la propuesta de Petro de crear asambleas ciudadanas en todos los municipios del país. La realidad jurídica es que Colombia Humana no es un partido político (tampoco Decentes) y por ese motivo no cuenta con la personería jurídica que le permitiría otorgar avales, contar con financiación y hasta declararse en oposición. Algo que puede resultar difícil de entender para muchos ya que el listado de Decentes superó el umbral en las pasadas elecciones legislativas (metió 4 senadores) y Petro pasó a segunda vuelta logrando una votación histórica. Entonces, ¿por qué no es un partido?
La respuesta a la anterior pregunta se encuentra en el artículo 108 de la Constitución que establece los criterios para que los movimientos sociales o colectivos con vocación política obtengan la personería jurídica y se conviertan en partido político. Dichos criterios se introdujeron con la reforma política de 2003 y reacomodaron todo el sistema de partidos al introducir como condición de permanencia la superación de un umbral del 2% de votos válidos en elecciones legislativas (antes de eso con solo 50 mil firmas se creaba un partido), es decir, determinó que si las cerca de 70 microempresas electorales que existían en Colombia para el 2003 (era el sistema de partidos más fragmentado del mundo) no se agrupaban a partir de alguna afinidad ideológica o programática (con la palomita del voto preferente) desaparecerían totalmente del mapa. El mismo Petro, líder en ese tiempo de un movimiento llamado Vía Alterna, aterrizó en las huestes de la convergencia de izquierda que le dio vida al Polo.
A 15 años de la reforma política el umbral ya se encuentra en el 3% de la votación válida (459.215 votos para un listado a Senado) y es tras superar esa barrera que los movimientos obtienen o renuevan su personería jurídica. Pensando en las legislativas de 2018 Petro organizó un listado en coalición con la ASI, MAIS y la UP (todos son partidos políticos) denominado Decentes. Es por ese motivo que Colombia Humana como movimiento social no superó el umbral por sí solo y antes se vio favorecido por la personería de los otros partidos que al integrar el listado les permitió a los progresistas llegar al Senado y a la Cámara. Queda claro que la Colombia Humana no es un partido y los seguidores de Petro que quieran aspirar bajo el símbolo progresista en las locales de 2019 tendrán que hacerlo por firmas o en coalición con otros partidos. Considero que es muy importante que el progresismo pueda contar con una plataforma partidista; esa estructura de partido es necesaria ya que permitiría articular liderazgos regionales, construir una política de lo local a lo nacional y darle continuidad institucional al ideario progresista. ¿Desde dónde se va a declarar Petro en oposición sino tiene partido? Eso solo lo sabremos después del 20 de julio.