Los comunistas despiertan en el pueblo la codicia, esa pulsión que nace con el individuo y que lo impulsa a poseer a cualquier precio. Petro les prometió a los crédulos que les iba a dar un recurso mensual, a los viejos que nunca cotizaron, une pensión digna, a los jóvenes les dijo que les iba dar trabajo y educación gratuita. Todos contentos votaron por él sin saber que el país no tiene dinero para tanta codicia.
Petro ha citado a menudo a Robespierre, el peor criminal de la revolución francesa, esa “dictadura de la minoría violenta”. Este que por el terror condujo Francia a un abismo sin salida. Varios comunistas del mundo se identifican con este criminal que se creía un ser superior, Petro lo hace de manera subliminal, su amigo el francés comunista trotskista Jean-Luc Mélenchon se cree su reencarnación.
En Colombia casi nadie conoce la historia de esta revolución. Hasta los profesores de universidad tienen una idea truncada. Para ellos la revolución la hizo el pueblo para destronar al Rey Luis 16. Lo que es cierto es que el pueblo fue el último actor de esta revolución y entró en ella por la corrupción. Como el pueblo estorbaba más que servir a la clase dirigente, esa soberanía del pueblo fue eliminada de un plumazo en agosto 1799 por un solo hombre, el cura Emmanuel-Joseph Sieyès, cónsul provisional, que preparaba la llegada al poder del dictador Napoleón Bonaparte
Considero que el comunismo es un sistema utilizado por las sociedades primitivas para su supervivencia. En la antigüedad, la comunidad tenía todos los derechos, y el individuo no tenía ninguno.
El comunismo nace en Esparta (Lacedemonia) de las ideas del legislador Licurgo (recogidas en sus viajes en Egipto, Creta, Libia e India) que los historiadores lo hacen nacer en 800-700 o en 390-324 a. J.C. Esas ideas fueron escritas por Plutarco (nacido en Queronea en Beocia, hacia 46-125), basando en leyendas que recogió en sus viajes en Egipto y oriente.
En su libro La vida de Licurgo, Plutarco dice: “No se puede decir absolutamente nada, de licurgo el legislador, que no sea un sujeto a controversia. Su origen, sus viajes, su muerte, en fin, las leyes mismas y el gobierno que instauró, han dado lugar à relatos muy diversos, pero el punto sobre el cual hay el más completo desacuerdo, es el tiempo en que vivió”. La vida de Licurgo fue analizada por Aristóteles y Platón.
Si estos filósofos griegos no hubieran escrito nada sobre Licurgo la humanidad hubiera podido ahorrarse millones de víctimas…
Plutarco hace decir à Licurgo que la nación ideal es aquella de la igualdad entre hombres y mujeres, estos y sus bienes pertenecen al estado, los niños son propiedad del estado que les da alimentación y educación. Ellos son educados para la guerra y en la obediencia ciega al superior. El prona la distribución de tierras, el remplazo de la moneda por lingotes de hierro y así eliminar el poder de los ricos (Petro quiere imprimir billetes), la instauración de la autarcía, alimentarse frugalmente y comer en común, instaurar el divorcio y que la mujer pueda tener varios hombres, etc... Saint-Just el ángel de la muerte amigo de Robespierre era un fanático de las utopías de Licurgo. Él quería aplicarlas en Francia.
Antes de la revolución francesa los filósofos que la inspiraron se valieron de estas ideas llamándolas progresistas. Entre ellos el Suizo Jean-Jacques Rousseau, quien indujo a los intelectuales franceses de la revolución francesa con esa teoría utopista y su pacto social. Petro propone lo mismo es decir la teoría comunista. Los jacobinos desarrollaron esta teoría por 5 años y el resultado fue catastrófico, puso a Francia patas arriba y en la miseria.
El famoso contrato social de Jean-Jaques Rousseau puede resumirse así (entre comillas texto de Rousseau) : «todas las cláusulas se reducen a una sola, a saber, la alienación total de cada asociado, con todos sus derechos, a la comunidad, cada uno dándose todo, tal como se encuentra actualmente, él y todas sus fuerzas, de las cuales forman parte los bienes que posee» que cada uno se convierta, respecto de sí mismo y por todos los actos de su vida privada, en delegado del Estado, en empleado responsable, en resumen, en funcionario, en funcionario del pueblo, que ahora es el único, el absoluto y el universal soberano (Hyppolyte Taine T5. p. 197-198).
En 1811 el emperador Napoleón Bonaparte visita la isla des Peupliers (Ermenonville, departamento de l'Oise). en compañía de Stanislas de Girardin. Se detiene frente a la tumba de J.-J. Rousseau y dijo: “Hubiera mejor valido para el descanso de Francia que este hombre nunca hubiera existido. – Stanislas le pregunta Eh ¿Por qué, ciudadano cónsul? - Napoleón: Fue él quien preparó la Revolución Francesa. - Stanislas: Creí que no era asunto suyo quejarse de la revolución. – Napoleón: ¡Eh bien! el futuro aprenderá si no era mejor, para el descanso de la tierra, que Rousseau ni yo hubiéramos existido jamás» (Hyppolyte Taine T5. p. 135). El dictador Napoleón Bonaparte enfermo de un complejo de inferioridad y de megalomanía quería apropiarse de la tierra entera. En sus diferentes guerras en Europa hará matar 2.700 millones de jóvenes soldados para satisfacer su manía de grandeza.
Como se sabe el complejo de inferioridad, que antes se llamaba “delirio ambicioso” se instala en la psiquis de un individuo que, en su infancia, ha vivido en situaciones de sobrevivencia muy difíciles que sea en lo material o emocional. Este ha sido el caso de Napoleón Bonaparte que siempre anhelaba el poder y la gloria. A Petro se lo ha escuchado decir “siempre soñé ser presidente de mi país”, su discurso del 19 de junio 2022 dice “les agradezco este día histórico, me lo soñaba de vez en cuando”.
Este también vivió su infancia en condiciones difíciles y él también ha desarrollado ese complejo de inferioridad y esa megalomanía. Esta se exprime en sus discursos de grandeza: “Colombia potencia mundial de la vida” …, ”necesitamos del amor, la política del amor” que se puede traducir: “por fin voy a tener ese amor inmenso que falto en mi primera infancia”. Él se cree el unificador de toda América. El que tiene ese complejo ve el mundo a través del filtro de la mentira y la utopía, es impulsado por pulsiones en las que el Yo profundo ha abandonado su autoridad y a su lado se ha organizado un núcleo pulsional que lo remplaza.
Petro se cree intelectualmente superior a todos. Lo que no se puede dudar es de su maldad desbordante que ya ha comenzado a demostrar nombrando ministros o directores que van a sacudir las instituciones del estado. Petro lleva en su sombra un lobo hambriento de poder que va hacer trisas el país llevándolo a la miseria.
Karl Marx se inspiró de las teorías de Rousseau y de lo que se pasó en la revolución francesa para hacer su teoría comunista que fue ejecutada por Lenin. Este pasó refugiado en Suiza por 17 años y pasaba sus días en las bibliotecas leyendo la historia de la revolución francesa y las ideas utópicas de Licurgo.
Él no tenía ningún futuro político hasta que, en 1917, en la primera guerra mundial, los alemanes lo ayudaron dándole millones de marcos y un tren especial, para que viaje à Rusia, derroque al gobierno provisional dirigido por Aleksandr Fiódorovich Kérenski y pronuncie el armisticio con Alemania. Esto permitía a este país liberarse del frente oriental para concentrarse en occidente. Sin la ayuda alemana el mundo no hubiera conocido los horrores del comunismo.
Todos los comunistas del mundo han seguido las ideas de Marx, Lenin y sobre todo aquellas de la revolución francesa. La han seguido a la letra hasta reproducir los mismos personajes siniestros de esa revolución. El comunismo es un sistema de destrucción y de muerte. Petro sigue también a la letra esa ideología nefasta.
Los comunistas que llegan al poder imponen a la letra la larga lista del catecismo comunista: reforma agraria, expropiar las tierras, gobierno provisional, maniatar las fuerzas armadas, hacer una asamblea nacional constituyente, poner el país patas arriba, la mentira como arma política, someter la población con el hambre y la miseria y en esta época con las drogas, imprimir billetes, asociarse con los criminales enemigos de la sociedad, eliminar el enemigo interno para esto Petro se servirá, entre otros, de Iván Velásquez (67 años) el tirano expulsado de Guatemala. El pretexto para este último punto es de luchar contra la corrupción. El primero que debiera encontrarse en la cárcel es Petro…
Petro no ha inventado nada, su “perdón social” es una manera de asegurarse en el poder. El 5 octubre 1795, cuando la convención nacional francesa estaba al punto de caer por la presión de las monarquistas, hubo una mano providencial: Napoléon Bonaparte (26 años) y sus hombres instalaron sus cañones Rue Saint-Honoré y Quai Voltaire y abrieron fuego, el resultado 600 muertos y el resto de los manifestantes huyeron. Para calmar a la gente la convención decidió darles el perdón a los jacobinos encarcelados, “el perdón social”. Ya el año anterior (27-7-1794) habían sido guillotinados los duros del jacobismo: Robespierre, Saint-Just et Couthon. Los jacobinos en nombre de los derechos humanos y el principio de igualdad mataban, masacraban en masa, robaba y amasaban fortunas para ellos.
El comunismo es un sistema viejo de 30 siglos que Petro pretende modernizar a su manera y hacerlo pasar como moderno diciendo “una historia nueva, para Colombia, para el mundo” (…) “lo que viene es un cambio de verdaddd, un cambio real, en ello comprometemos la existencia, la vida misma”. Esta última frase dice mucho en la boca de un megalómano.
Los colombianos que votaron por Petro van rápidamente estar desencantados del mesías. Esperaban un cambio y este no va llegar porque no hay dinero. Si no hay una oposición fuerte contra el gobierno de Petro, el país se derrumba, de eso no hay la menor duda.