Que sí, que no y por fin llegó el presidente Gustavo Petro, pero sin su ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, responsable de las reformas laboral y pensional, al Congreso de Asofondos, una exclusiva cita anual con cerca de 400 representantes de los Fondos privados de pensiones.
Petro apareció a eso de las 6:00 de la tarde para rematar los dos días de reunión y análisis de la coyuntura. El Presidente habló sobre compromisos ambientales, de cambio climático y le lanzó pullas a la Ley 100 recordando que él como Representante, no la había votado.
También se refirió con ironía al Gobierno de César Gaviria por su “bienvenidos al futuro” aprovechando que el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, funcionario de ese gobierno, al igual que su hermano Armando, quien era entonces el Director de Planeación Nacional y Rudolf Hommes, exministro de Hacienda, estaban en el auditorio.
En el ambiente, la expectativa era mayúscula para conocer de viva voz las cartas del gobierno en la reforma pensional que empieza trámite en el Congreso. Sin embargo, allí entre los expertos, comenzaron a correr por los pasillos las declaraciones del presidente del Congreso de la República, Roy Barreras, de que no habrá reformas laboral ni pensional en esta legislatura y eventualmente se podría avanzar algo si se convocan sesiones extraordinarias.
Para el Presidente de Congreso es difícil que en escasas ocho semanas que quedan de la presente legislatura, haya reforma y le dio posibilidades para el siguiente período porque se requiere la formalización laboral para fortalecer los pilares del sistema pensional. Precisamente, respecto a la reforma pensional, espera que sea consensuada y el primer debate se pueda hacer en esta legislatura.
Un poco desconcertados quedaron los 400 representantes de los Fondos privados de pensiones que manejan el 73 % de afiliados al sistema pensional, equivalente a una tajada grande del ahorro de los colombianos.
El presidente del gremio, Santiago Montenegro, hizo explícitas las diferencias con la propuesta del Gobierno y su disposición a participar en las conversaciones que esperaban que se iniciaran en Cartagena.
Después del último timonazo de esta semana, con el fin de la coalición de gobierno y con los cambios en el gabinete, las ya de por sí difíciles relaciones con los partidos políticos y el sector empresarial, parecen estarse complicando aún más.
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