Gustavo Petro ha publicado una remembranza de lo que sucedió el 10 de enero de 1989 en las montañas de Natagaima. Una suerte de reflexión que para él político coincide con el camino que busca no le sea truncado: el de la paz. Estas son sus palabras que en menos de una hora han recogido miles de "me gusta2 en Facebook:
Hace 24 años, un 10 de Enero de 1989, en las montañas de Natagaima, escuela La Maria, reflexionaba sobre que decir unas horas después en la reunión con el gobierno nacional que convocaría a la Nación a la paz.
Me llamaba Gabriel, antes me había llamado Andrés y Aureliano, era un muchacho que en realidad me llamaba Gustavo Petro, perseguido, flaco, hijo de caribeños, buen lector, torturado, preso, aún era joven, y con unas ganas inmensas de cambiar a Colombia para hacer de ella un país democrático y justo. Era miembro de la dirección nacional del M19.
Sentados en una rocas, junto a una quebrada hermosa, cristalina, en medio de Carlos Pizarro y Edgar Molano, hoy muertos, en medio de una discusión sobre el qué decir al gobierno, dedique unos minutos a la reflexión.
Pensé en las fuerzas de la vida, en tantos muchachos y muchachas heróicos, hermosos, que había visto morir, pensé en el Dios de mis padres, pensé en mi hijo que apenas conocía. Internamente pedí fuerzas a mi cuerpo raquítico, a mi voluntad, a mi inteligencia. No sé si eso se llamara una oración en aquellas montañas entre aquellos vientos.
Pedí la fuerza para no fallarle a la Paz, a nuestro pueblo a la lucha por la Justicia Social. Y hablé ante Pizarro, ante Edgar, ante Nicolás, ante los guerreros, ante los indígenas. Dije que era el momento de la Paz.
Aquel 10 de Enero de 1989, el M19 y el Gobierno Nacional convocaron a la Nación a la Paz.
Hoy casi 25 años después de nuevo reflexiono ante la Plaza que se llenará de multitudes. Hoy convocamos de nuevo las fuerzas ancestrales para que no nos dejen fallar, para obtener la fuerza interna que necesitamos en la lucha definitiva por la Paz y la Democracia en Colombia. Que el Dios de nuestros padres no nos dejen fallar.
Es el momento, de nuevo, de la acción. Que nuestros hijos reciban un país mejor que el que vivimos. Es la hora de las juventudes, de los indígenas, de los campesinos, de los trabajadores , de la Mujer. Esta es la hora de Colombia amigos, reunamos la fuerza serena y pacífica que confiere la razón y la justicia para actuar. Estamos convocados a días de Historia.
Gustavo Petro