La idea de que Colombia debe sufrir un cambio radical en sus estructuras sociales y políticas es muy respetable, pero de allí a que el reemplazo que pretende buscársele a un país que ha ido evolucionando con el paso del tiempo, no pueda ser cuestionado o evidenciado en su inutilidad, hay un trecho muy grande. Petro y su combo quieren que el país modifique su estructura echando reversa, lo que a más de implicar la destrucción de un orden establecido garantiza un trauma de dimensiones muy peligrosas.
Creer que las EPS hay que acabarlas y no modificar sus conformaciones y funcionamientos cuando ya han identificado sus errores y sus falencias y se pueden corregir, es a todas luces una brutalidad. Pretender que el país vuelva al obsoleto Sistema Nacional de Salud y a los hospitales públicos y de caridad es ir de Guatemala a Guatepeor. Creer que para satisfacer a los teóricos antiextractivistas encabezados por la ministra de los ojos grandes debemos volver a cocinar con leña o pagar un dineral por el petróleo o el gas importados de la vecindad, es menospreciar la satisfacción del más ínfimo colombiano, quien a lo mejor ya sabe que con el gas ,el carbón y el petróleo que se exporta tenemos los dólares para comprar el 70 % del mercado que se hace en todos los hogares. Creer también que debemos volver a los mataderos municipales, antihigiénicos, manejados por los abigeos y la burocracia ladrona, es echar reversa hasta los tiempos de upa o, lo que puede ser peor, obligar a que todos nos volvamos veganos.
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Creer que debemos volver a los mataderos municipales, antihigiénicos, manejados por los abigeos y la burocracia ladrona, es echar reversa hasta los tiempos de upa u obligar a que todos nos volvamos veganos
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Pero sí además de todos esos absurdos que propone y auspician Petro y su combo, sabemos que lo que les mueve no es ni la redención ambiental de Colombia ni la batalla por el bienestar sino el odio perverso contra los propietarios de las EPS y de las clínicas y el odio contra los propietarios de los 571 frigoríficos que hoy sacrifican el ganado y el odio contra los dueños de las petroleras, las carboníferas y las perforadoras de gas, aceptemos que el gobernante que tenemos lo que quiere es que esto se putee para que no haya propietarios y nos volvamos veganos.