Desde el pasado 7 de agosto, cuando en la Plaza de Bolívar se puso la banda presidencial, Gustavo Petro, y su vicepresidente, Francia Márquez, no se habían reunido. La visita de Antony Blinken, Secretario de Estado norteamericano, sirvió para que volvieran a unirse. El tema central de la reunión fue la política antidrogas del nuevo gobierno, completamente diferente a la de su antecesor Iván Duque. La idea es "perseguir a los dueños del narcotráfico", tal y como lo dijo Petro en la reunión que sostuvo en la Casa de Nariño con Blinken.
Contrario a lo que pensaban sus opositores, el gobierno de Biden está dispuesto a colaborar con la nueva manera de encarar el problema. La declaración de Biden no deja espacio a la ambiguedad: "Tenemos muchos puntos en común en prácticamente todos los problemas que tenemos que abordar. En el combate de las drogas, por ejemplo, apoyamos firmemente el enfoque integral de la Administración”.
Blinken afirmó que, aunque hay que aplicar la ley contra los narcos, no hay que olvidarse de los campesinos quienes, ante las circunstancias, se ven obligados a cultivar plantíos de coca.
En la Casa de Nariño acompañaron en la reunión al presidente, Francia Márquez, quien no se juntaba con Petro desde el pasado 7 de agosto. También estuvo en la reunión el canciller Alvaro Leyva. La política de lucha antidrogas de Petro tiene un alto componente ecológico y también está acompañada de una propuesta de "Paz total", que ha generado polémica. El espaldarazo de Blinken es vital para acallar críticas.