En los últimos 74 años de la historia política de Colombia solo han surgido tres grandes líderes que han llenado plazas por sus oratorias. Ellos son: Jorge Eliécer Gaitán en 1948, Luis Carlos Galán en 1989 y ahora Gustavo Petro.
Coincidencia mente, los tres llevan la letra G en sus nombres. El primero y el segundo en sus primeros apellidos, mientras el último, o sea Petro, en su primer nombre.
Yo no pude oír en persona a Gaitán, porque nací 12 años después de su muerte, pero a Galán y a Petro sí. De Gaitán, sin embargo, he leído que movía masas, sus discursos arrastraban gentes de todos los pelambres y escucharlo en las plazas emocionaba hasta al más incrédulo. En algunos videos en blanco y negro que incluso, se pueden ver ahora en YouTube, se alcanza a observar cómo era su oratoria.
Para que surgiera otro líder político con parecidas cualidades de Gaitán tuvieron que pasar 41 años. Luis Carlos Galán también emocionaba al más frío, porque como Gaitán, desarrollaba sus discursos con una fuerza innata que le salía del alma sincera. Todo el mundo se identificaba con lo que él decía, menos los que por sus intereses propios, no querían que llegara a ser presidente y por eso lo mataron, como hicieron con el primer gran líder, es decir, Jorge Eliécer Gaitán. Y para que surgiera otro gran orador después de Galán transcurrieron 33 años.
El legado de los dos anteriores, sin dudarlo, es Gustavo Petro; con un poder de oratoria similar, pero a su estilo. Más comedido o con menos ebullición, pero al final, con un enfoque de la realidad del país, por lo que sus palabras y frases nunca suenan como las de los restantes candidatos o son más sinceras.
Escuchemos entonces algunos apartes de los discursos de esos tres grandes oradores que ha tenido Colombia en los últimos 74 años. Empecemos con el primero, es decir, Jorge Eliécer Gaitán. Después el segundo, Luis Carlos Galán y finalmente Gustavo Petro: