Esta expresión era la utilizada por los emperadores romanos, caracterizados por su obesidad gracias a los excesos en la comida y la bebida; su depravación, donde no cabía excusa alguna; sus deformes cabezas llenas de aire, que no de neuronas; sus muecas burlescas ante el dolor que infringían y otra serie de características de las cuales se fueron apropiando como resultado de sus incapacidades mentales y sus comportamientos enfermizos.
Entre ellos y como ejemplo de crueldad para la humanidad podemos citar entre otros, como los más representativos de la estupidez, la idiotez y su pequeñez mental a Augusto, Calígula, Tiberio, Nerón, Teodocio, Dioclesano…
No hay necesidad de hacer una descripción de cada uno de ellos, pues esas caracterizaciones anteriores hacen parte de los rasgos de todos y cada uno de ellos y además, todo aquello que de perverso, malintencionado, oscuro, antisocial, criminal y demás, se pueda imaginar el lector. Así se completaría o mejoraría un poco más la descripción de cada uno de estos psicópatas.
Pues bien, decíamos que el título de esta nota, corresponde a la expresión utilizada por ellos o algunos de ellos, cuando ebrios de varios días, reunían al pueblo en el hermoso coliseo romano a deleitar su morbo y sus mentes enfermizas en las cruentas batallas de hombres entre sí o de estos contra animales y frente a un pueblo enajenado por la bebida y por ellos mismos, se divertían con los falsos gladiadores, que han trascendido la historia, ligados a su postura político social resumida en pan y circo.
Esa misma expresión de “que empiecen los juegos” hizo historia reciente en la serie de películas sobre los “Juegos del hambre”.
En síntesis, en dicha película veíamos a un psicópata, como los tiranos romanos, quien aprovechándose de alienados jóvenes por una horda de enanos mentales como él, marcaba retos y desafíos, absolutamente inhumanos, porque lo inhumano existe a pesar de ciertas corrientes ideológicas de marras que lo niegan, y los enfrentaban entre sí, presentando escenas de las más aberrantes situaciones vividas ante la búsqueda desesperada de pan.
Cualquier parecido con las realidades que vamos conociendo, sólo es una infeliz coincidencia histórica.
Colombia y el escenario económico que se presenta, gracias a las acciones politiqueras del gobierno de turno, al mejor estilo de los psicópatas romanos y de los juegos del hambre pronto será presa, no de los juegos del hambre, sino del hambre física, cumpliendo a cabalidad con la ampliación de los cordones de miseria y seguir aplicando con toda la desfachatez del mundo su tenebrosa dependencia de subsidios, bonos y regalos, que ocultos en la ignorancia de un pueblo, poco a poco nos llevarán al “vivir jabroso” que nos han propuesto, pues podemos estar seguros que todo nos vendrá como caído del cielo, por parte del gobierno.
¡Que empiecen los juegos!, aunque yo creo, que dentro de la marrulla que se maneja en el alto gobierno, y el exceso de ignorancia del pueblo, estos ya han comenzado.