Petro es real: una fantasía

Petro es real: una fantasía

Me pude leer el libro recientemente publicado “Una vida, muchas vidas” de Gustavo Petro, el cual me prestó un amigo. Debo decir que me gustó.

Por: Hernando Copete Ortiz
noviembre 19, 2021
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Petro es real: una fantasía
Foto: Leonel Cordero

Me puse a buscar el significado de la palabra “posverdad” y encontré en Google (diccionario que es proporcionado por Oxford Languages), que es un nombre femenino que se identifica como: “información o afirmación en la que los datos objetivos tienen menos importancia para el público que las opiniones y emociones que suscita”.

La RAE (Real Academia Española) define la palabra como: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula emociones, creencias o deseos del público, con el fin de influir en su opinión y las actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad”. El término la RAE lo introdujo, en su diccionario, el 20 de diciembre del año 2017.

Vista la palabra desde el derecho, “la posverdad es la imposición a la sociedad de supuestas verdades mediante la utilización de medios masivos de comunicación, de dudoso grado de certeza y de una utilidad manifiesta al poder de turno”. Frente a este término en el año 1992, el señor Stojan Steve Tesich (novelista serbio-estadounidense) se refirió a esta unidad léxica, diciendo: “Lamento que nosotros como pueblo libre, hayamos decidido libremente vivir en un mundo en donde reina la posverdad”.

Nadie puede afirmar con certeza y mucho menos confirmar, que es una realidad absoluta, hechos, que solamente se encuentran en la imaginación de una persona. Sumado a lo anterior no puedo hacer comparaciones, analogías, y afirmar que una cosa es totalmente parecida a la otra, no puede evidenciar cosas que aún no han llegado o se han materializado. El saber aparente no se alimenta de la razón. Se debe tener una claridad, en el sentido que es muy diferente, percibir, pensar, comprender y evidenciar la realidad.

Desde la estadística, los resultados los puedo manipular, muy fácil y hacerlos creíbles a la opinión pública. Un ejemplo claro. Mi imagen es muy buena o super buena, si elaboro una entrevista, sobre mi personalidad, humanidad, ética, moral, etc., y la aplico, a mis amigos y familiares; pero los resultados son contrarios, si la aplico a mis enemigos, contrarios o personas que me odian. El que alguien hable bien o mal de mí, no es la realidad, no son datos objetivos, distorsionan la realidad, manipula las emociones.

En resumen, no es una muestra significativa de entrevistados y mucho menos que representen la población; en consecuencia, se requiere una selección de personas, en forma aleatoria, que cada elemento a seleccionar tenga la misma probabilidad de ser seleccionado.

Lo anterior va a tener mucho más sentido, más adelante, y espero que el lector enriquezca, más su contenido, con sus propias verdades y no por aquellas impuestas y de dominación emocional.

Hoy en día los sucesos por los que pasamos es una suma de interconexiones, tanto de los fenómenos físicos, químicos, biológicos, psicológicos, sociales, políticos, culturales, ambientales (naturales), espirituales; es decir, son interdependientes. En otras palabras, el conocimiento sin evidencias empíricas, contexto (ubicación) y temporalidad, no tiene valor epistemológico y es ininteligible.

La realidad psicosocial, es un vínculo entre los afectos y las cogniciones de los seres humanos, que toman de su entorno, que luego comparten y materializan. En otras palabras, diríamos, que es una comunicación intersubjetiva. Esta comunicación se encuentra integrada o cargada de la experiencia vivida y del sentido común, dentro de un contexto de tiempo y espacio.

En consecuencia, las interrelaciones sociales, no es otra cosa que la manifestación de una cultura, expresada desde lo individual y lo colectivo. Esta dialéctica, en última instancia, se supera con el aprendizaje, la transformación, y construcción de nuevos significados que se le asignan a las cosas, hechos, etc. es superar lo individual y colectivo en lo social, es la victoria o resolución de problemas. En síntesis, es llegar a tener una inteligencia social (interpersonal)

Me leí el libro titulado: “Una vida, muchas vidas” de Gustavo Francisco Petro Urrego, el cual me presto un amigo, docente de la facultad de psicología de la Universidad Cooperativa. Dure tres días, para terminar 344 páginas (sin descuidar mis otras actividades). Me gustó.

Al respecto, me gustaría que el senador Petro armara una biblioteca personal pública, como la de Virgilio Barco, con el fin de prestar su libro, a personas que por sus circunstancias económicas no pueden tener acceso a estas fuentes de conocimiento. El préstamo, creo, sería por un tiempo, máximo de siete días y estar de regreso para que otros lo lean. De esta manera se puede dar a conocer con mayor amplitud. En virtud de ello, impide que surjan posverdades, como, que se hizo rico con la venta de este libro o con lo que dijo o expreso, equis (x) o ye (y) persona o personaje (quien por sus condiciones sociales o políticas, le da más fuerza o valor a sus argumentos).

La cronología de vida que allí se registra desde su núcleo familiar, su lugar de vida (Zipaquirá), inicios en la política (vocación), modelos de vida (madre), entendimiento del entorno social y su problemática, responsabilidad académica, discriminación, rechazo social, el ingreso al M-19, las torturas, conocimiento de la política colombiana y sus expresiones, los diálogos con diferentes grupos, alzados en armas, toma del palacio de justicia, etc. muestra a un hombre comprometido con su comunidad, mostrando su actuar en cada uno de estos escenarios. Otros personajes de la vida pública, en sus editoriales y medios de comunicación, a esa vida, le han dado otras connotaciones (posverdades).

Creo que por ello mi madre siempre me decía “no coma entero”. Es decir, antes de actuar, piense críticamente, documéntese, una sola persona no es poseedora de la verdad. La argumentación debe estar cargada de información, datos reales, objetivos, fuente valida y confiable que demuestra, prueba o refuta, que, lo que se dice o afirma, es cierto o por lo contario negativo.

Si alguien empuñó las armas lo hizo porque tenía conocimiento de su entorno, económico, social, político, reflejado a través de sus estructuras (instituciones) y que estas no respondían a las necesidades o problemáticas de la comunidad. De lo contario ¿por qué asume este comportamiento?

Soy ateo, y eso no significa que soy un oponente, rival de las creencias religiosas. Es decir, no estoy con ellos, ni contra ellos, soy otra opción frente a esas formas de pensar la espiritualidad. A ellos los respeto. Pero para tener o sustentar mi posición, debo conocer, lo que ellos conocen, practican. En consecuencia, leo la Biblia y otras posiciones religiosas, entre ellas la nuestra, la Muisca. Lo anterior no indica, necesariamente, que lo escrito en la biblia se debe negar o rechazar en su totalidad. Recurriendo a la dialéctica, es simplemente tomar las cosas que se pueden materializar en la realidad de hoy.

Jesús de Nazareth, para mí, fue otro ser humano normal, revolucionario, que a través de su primo Juan el Bautista, lo anuncia como El Mesías (alias), ante la población, los grandes jerarcas del poder religioso, económico, político, y representantes del Sanedrín. A él, lo comienzan a mirar o a percibir, tal como lo quiere dar a conocer la posverdad divulgada, de otra forma (enemigo, subversivo, guerrillero, vándalo, terrorista, blasfemo).

Él fue un ser que lucho y se esforzó, por cambiar esquemas, estructuras, formas de pensar que no cumplían con las funciones sociales correctas. Criticó a muchos, de ser hipócritas (fariseos) y no cuidar la Torá (la justicia, compasión y lealtad); es decir; personas que se identifican, a través de sus cualidades, sentimientos, virtudes, opiniones, comportamientos, de una forma (farsantes), pero realmente son lo opuesto a sus formas de manifestación o expresión, ocultan la verdad. En consecuencia, Jesús era sincero, claro, franco, consecuente entre su pensar, sentir y actuar. No demostraba una cosa y hacia otra.

En resumen, una cosa son los politiqueros y otra los revolucionarios. Los primeros tiran la piedra y esconden la mano (corrupción, son delincuentes y se identifican como personas de bien); los segundos, que no son subversivos, buscan un cambio social organizado, transformando, los sistemas económicos, sociales, culturales, científicos, tecnológicos, industriales, ambientales (mundo verde) y políticos; garantizando la participación social, el compromiso de tener una conciencia colectiva (compartir objetivos, problemas, intereses y soluciones), mejorar la calidad de vida, etc.

En consecuencia, como persona ética y moral, el revolucionario es más transparente, frente al político. Con el primero sabemos qué puede suceder y cómo son sus actos; con el segundo, no sabemos cómo ira a actuar, pues una cosa es lo que dicen (posverdad) y otra lo que hacen. Menos mal para esa época, en la provincia de Judea, Imperio Romano, no se encontraba el señor Luis Carlos Vélez, quién sabe cómo lo daría a conocer, al mesías, frente a Poncio Pilato, Caifás y Herodes Antipas (conflicto jurídico).

Los políticos son expertos en manipular las emociones y sentimientos, en sus discursos, cuyo lenguaje es potenciado con la entonación y el sentido; influenciando, de esta manera, las creencias culturales, como morales. Por ello las valoraciones que elaboran sobre las personas, grupos, situaciones, hechos, leyes, sucesos y comportamientos individuales como grupales, no son los apropiados y reales. Estos son descontextualizados. Construyen escenarios con significados figurados, que no obedecen a la realidad.

La vida de Petro estuvo marcada dentro de estas situaciones. Parecido al montaje que le hicieron a Jesús de ser un blasfemo, al declararse él como el Mesías enviado por Dios para salvar a la humanidad, trayendo paz, igualdad, entendimiento recíproco. Otros vienen del pueblo, no lo niegan, no lo olvidan y luchan por conseguir lo que les fue negado.

La búsqueda de una mejor vida, para todos y no para algunos en especial, es la construcción del paraíso terrenal, en otros términos, es construir una excelente gobernanza, compromiso que debemos asumir cada uno de nosotros de forma cooperativa, social, colectiva y equilibrada.

Para la persona u organización que trata de dañar la imagen de su “enemigo o contrario”, lo que hace éste es un pecado; por ello, al que trata de buscar este horizonte, de una vida digna, se le debe dañar su imagen, anularlo o eliminarlo. La muerte de nuestros líderes, afiliados o simpatizantes, de otras formas de pensar la realidad, la eliminación de ellos, sus movimientos políticos, sociales, comunitarios, ¿se han dado por azar, desastre natural, u otro fenómeno? Lo peor, esto se encuentra acompañado de la impunidad, con previos escenarios de posverdad.

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