Sabido es de sobra que todos los políticos en campaña exageran sobre lo que planean lograr y en otros casos simplemente mienten, aunque generalmente sobre lo que supuestamente harían con respecto temas específicos, como obras, impuestos, educación, salud. Otra cosa, sin embargo, es mentir sobre algo de manera tan flagrante como lo hace Gustavo Petro.
Es que Petro no dice que va a pavimentar vías, para después no hacerlo. Petro miente de una forma ofensiva para las personas, de una forma que le permite crear odios y reacciones viscerales, con temas que son de muy fácil comprobación. ¿Será mal asesorado, o será un patológico embustero que considera que el fin justifica los medios? Me inclino a pensar lo último.
La última perlita con la que salió para, seguramente, apuntalar su plan de expropiaciones, es que la papa aumentó de precio porque Colombia aceptó que el control de la empresa Monómeros quedara en manos de Guaidó. No puede menos que causar hilaridad semejante disparate.
En primer lugar, Maduro había dicho que quería recuperar a Monómeros para poder enviar a Venezuela el 100 % de su producción, supuestamente para ayudar a recuperar la producción de alimentos en Venezuela, es decir que del 100 % de producción de la empresa, 0% quedaría en el país, contrario a lo que sucede hoy, que es justamente lo opuesto.
Segundo, Monómeros produce un porcentaje muy bajo respecto del requerimiento nacional de fertilizantes de síntesis, lo que quiere decir que así esta empresa dejase de producir, los otros jugadores del mercado podrían sustituirla, o el gobierno mismo (la fórmula que le gusta a él) podría importar y distribuir el faltante.
Tercero, no es cierto que Monómeros produzca fertilizantes con materia prima nacional. Falso de toda falsedad. Monómeros hace lo mismo que hacen los otros productores del país, utilizan las pocas materias primas nacionales y las complementan con las importadas, porque de otra forma sería imposible producir agroquímicos en el país.
La razón: Colombia no tiene como producir las materias primas. Lo mismo pasa en Venezuela, Brasil, Argentina, Nicaragua, México, etc. A todos nos toca depender de los mercados internacionales para tener fertilizantes.
Cuarto, comprarlos en Bielorrusia, en Ucrania, o donde sea es totalmente fortuito. A lo mejor remplazar a estos proveedores resulte más costoso, pero también se puede hacer.
Además, recordemos que esos países tienen monedas diferentes al dólar y que también se devalúan con respecto a éste, por lo que, aunque nuestra devaluación influye en el aumento del costo de los fertilizantes, no lo hace en la proporción de uno a uno como planteó Petro Urrego en un discurso.
La papa está costosa porque después de la sobreproducción del año pasado, los productores de papa sembraron muy poca, porque no tenían como sembrar más, ni querían endeudarse con tanta incertidumbre.
Eso siempre pasa en Colombia con los cultivos de ciclo anual o semianual. Es un problema estructural, pero del cual no se habla porque eso no hace hervir la sangre de las bases duras, ni hace creer a los menos favorecidos que les regalaran cosas -en desmedro de la economía de todos.
Petro no dijo ni una sola vez como resolvería el problema de la falta de planeación e información del tamaño de las cosechas estacionales. Ahí está el asunto, no en echarle la culpa a otros.
El lobo se disfrazado de oveja ha empezado a mostrar los dientes de su talante falaz.