"Si instauras la paz en tu pequeño mundo, haz hecho por el mundo todo cuanto es posible", leía en un mural cada tarde rumbo a mi escuela primaria, entre mis 7 y 11 años, entre el mundial de Italia 90 y el de USA 94.
Nunca lo olvido. No sabía por qué, pero todo el tiempo se posa ese pensamiento en mi psiquis cuando pasan situaciones como esta:
Hay una razón fundamental por la que no "me lanzo a la política". Aún estoy peleando por mis derechos ante el Estado. Una mejor liquidación de mi pensión, mi casa propia, el reingreso a la Universidad (que es un caso más político que jurídico. Revoluciones fallidas en la pública), la educación de mis hijos etc.
Es mi tesis política, luego de eso puedo decir que soy capaz de defenderle derechos a los demás como elemento político - no como abogado, eso es otro tema-. Creo que esa fase es la que define a un "político" como representante del pueblo.
Sin duda eso no pasa en nuestra zoología política representativa. Por lo menos 2 de las 3 ramas del poder (suponiendo que los jueces aún se ponen por meritocracia) están conformadas en su gran mayoría por herederos biológicos y políticos de algún padre de la patria.
Otro grupo es de "cargadores de ladrillos" en campañas previas, a los cuales les llega su turno de ocupar curul algún día. Otros por hacer parte de la oposición. Simplemente por eso, sin discurso, ni ideas, sólo críticas al oficialismo; otros por famosos, empresarios, o por pertenecer a una minoría étnica o grupo desmovilizado.
Pero casi ninguno tiene una tesis de vida en la que hayan defendido sus derechos - aparte de exigirle a papá en qué universidad del extranjero quieren hacer la maestría, como el hijo de Petro- ni los derechos de su comunidad más cercana (familia, barrio, municipio).
Sin duda Gustavo Petro tiene los argumentos para salirse de este paradigma - su hijo, sin duda, no-. Incluso usaría lo que para sus opositores es el punto más negativo de su vida como fue su militancia en el M-19 para justificar que defendiendo sus derechos contra un Estado con una constitución opresora y conservadora como la de 1886, logró tumbar esa constitución y crear una nueva, liberal y humanitaria para todos - es más o menos lo que dicen, no solo él, sino Claudia, Carrillo, Navarro, y los descendientes de Galán, Lara y otros caudillos ochenteros asesinados por el NarcoEstado-.
Pero el eme era un ideal nacional, casi que universal. Con los derroteros y el financiamiento de ideales socialistas en otras latitudes propias de la bipolaridad geopolítica que generaba la Guerra Fría. Lo que yo digo, va más encaminado hacia qué ha hecho Petro por el pueblo donde nació. No sé de la situación socioeconómica de ese municipio nada. Apenas voy a googlearlo. Pero por algo no escucho nada de allá.
Y no es que Petro o García Márquez tengan o hayan tenido la responsabilidad de hacer grandes a sus pueblos natales aparte de beneficiarse diciendo que son de allá - el uno con votos en la costa viviendo en Bogotá y sus hijos en el extranjero; el otro con la fama de un escritor del pueblo viviendo en el elitista D.F. -pero sí me queda la inquietud, pues a mí me daría vergüenza sacar pecho por impedir los eventos en la plaza de Toros de Bogotá - que si bien sobran argumentos animalistas y sociológicos para impedirlos, son eventos organizados con todas la de la ley- mientras en el pueblo donde nací se realizan las más grecorromanas corralejas en pleno siglo XXI.
O estar en una reunión en el Palacio de Bellas Artes en México, diciendo que Macondo se parece a Aracataca en la actualidad. O que Santa Marta, que es la capital, no tiene agua potable aún...
Inevitable que se venga a mi mente lo que decía aquel mural. Por eso nunca olvido lo que decía ese letrero en la calle Obando entre las calles Concordia y Hospital, muy cerca de una casa donde estuvo de visita el Caudillo de caudillos, Jorge Eliécer Gaitán y el poeta de América, Nicolás Guillén...
No dudo que Petro es la mejor opción de cara a unas elecciones presidenciales en un país que pasa por los efectos de 20 años de hegemonía uribista en todas las ramas del poder, pero eso no me impide ver los grandes vacíos que tiene en su argumento político. No voy a impedir que se logre un sueño popular por mi voto. Lo tiene asegurado conmigo ante la precaria oferta, más que por las consecuencias...