El 9 de febrero de 1967 un sismo de 7.2 en la escala sismológica de Richter sacudió al departamento del Huila, dejando más de un centenar de muertos y 200 heridos. Tres meses después, también se presentó el primer caso de una bomba a bordo de un vuelo comercial que cubría la ruta Barranquilla-Bogotá con 16 pasajeros, una auxiliar resultó herida.
Como si el año en el que llegó al mundo la hubiese destinado a verse rodeada de tragedia, el 20 de septiembre de 1967 nace en la ciudad de Montería (Córdoba) Petra Lucía Lugo Olivella, la tercera de cinco hermanos. Una mujer que en busca de mejores oportunidades decidió irse a vivir con sus tíos a “La Heroica”, quienes le ofrecieron apoyo económico para empezar sus estudios de Contaduría Pública en la Universidad de Cartagena.
A los 16 años Petra empezó el calvario, su hermano mayor Néstor, quien era integrante de FECODE (Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación), fue asesinado y nadie hizo justicia. En consecuencia, ella resolvió valerse de sus propios medios para dar con los responsables. Su búsqueda no dio frutos, el odio y el dolor originaron en su ser un fuerte rechazo hacia el Estado al que vería como su enemigo.
Tiempo después se conoció que quienes acabaron con la vida de Néstor fueron integrantes del F-2 y algunos profesores que se oponían a la participación de los estudiantes en asuntos políticos relacionados con la educación superior. Nunca hubo capturados.
—Fueron unos años muy dolorosos para la educación, los estudiantes eran señalados de tener bombas, armas, y quizá por eso asesinaron a mi hermano, creo que eso nunca lo sabré— dice.
Mientras Petra cursaba el pregrado decidió hacer estudios políticos con sus compañeros de lo que se estaba viviendo en ese entonces en Colombia y en otros países como Albania o Cuba, que a diferencia del nuestro tenían gobiernos socialistas.
Vio en la Unión Patriótica lo que según ella le faltaba al país en ese entonces: equidad y un Estado Social de Derecho. El congeniar con esos ideales y el haber formado parte por casi una década de este grupo le pasaría factura.
Según el senador por el Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda Castro, "la UP surgió como una convergencia de fuerzas políticas a raíz del proceso de negociación adelantado a mediados de la década de 1980 entre el gobierno del presidente Belisario Betancur y el estado mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC"(2006).
Al año de haberse graduado como contadora y haber iniciado una especialización sobre Economía Solidaria en la Universidad Externado de Colombia conoció a Andrés López, quien fue integrante del MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario) y a principios de los 90 se convirtió en su esposo.
Luego de dos fertilizaciones in vitro fallidas por fin pudo quedar embarazada, pero a los 7 meses de gestación debido a la pérdida del líquido amniótico, tuvo un aborto espontáneo, era una niña. Después de esto la relación entre ambos se tornó muy difícil y decidieron separarse.
Un día mientras Petra estaba en su casa llegaron dos exmovilizados a quienes conocía y le dijeron que Andrés, su expareja había dado la orden de asesinarla, pero que ellos velarían por proteger su integridad, la suerte sin duda la acompañó en ese momento.
—Fue muy doloroso para mí que la persona que yo había amado y con la que había convivido tanto tiempo me hubiese mandado a matar— asegura.
Muchos universitarios en Colombia optaron por irse a la guerra, es por eso que no sorprende el hecho de que Alfonso Cano estudiara Antropología en la Universidad Nacional o que Palmera más conocido con alias de "Simón Trinidad" ingresara a estudiar Economía en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Pero Petra Lugo dice estar decepcionada de la guerrilla, ya que nunca esperaba que se convirtieran en un grupo rural que secuestra a menores y quienes no tienen idea de por qué luchan, aunque no desconoce el hecho de que la dirección de la guerrilla en nuestro país la tienen intelectuales.
Otro suceso que la marcó de manera negativa fue la muerte de su hermana menor Teresa de Jesús Lugo Olivella, el 3 de septiembre de 1997 en Montería. Quince paramilitares entraron en su casa de forma arbitraria, la secuestraron y posteriormente la asesinaron, este acto fue perpetrado por Edwin Tirado Morales alias “El Chuzo” y un agente de la Sijín apodado como “El Caballo”.
Era la tercera vez que la vida ponía a prueba su capacidad de resistencia, era la tercera pérdida de un ser querido. Teresa fue una veterinaria exitosa de la región cordobesa gracias a esto se ganó el reconocimiento profesional en el gremio.
—Claro, como Castaño ya estaba muerto por eso le echó la culpa en un principio, pero gracias a Dios reconoció lo que hizo— me dice al referirse a la versión libre que dio Mancuso el 22 de abril del 2009 en Montería desde una cárcel en los Estados Unidos, en donde como parte de un acuerdo dentro del proceso de Justicia y Paz aceptó ser el autor intelectual de la muerte de Teresa. Según Mancuso, el cadáver fue lanzado a un río, Petra guardaba las esperanzas de poder enterrarla de una manera digna, el Estado le ofreció una ceremonia simbólica, pero la rechazó.
—Aceptar eso, es aceptar un asesinato en complicidad con el Estado, y ellos deben responderme por la vida y la integridad de mi familia, hasta el momento no hemos visto ni justicia, ni reparación— expresa.
No se arrepiente de haber formado parte de la Unión Patriótica, se arrepiente de no haber llegado mucho más lejos en su profesión. La familia Lugo Olivella sufrió el deterioro de la estabilidad y unidad de la misma, tenían que esconderse, no podían llegar a su casa y la salud de Armida de Jesús Olivella, su madre, se vio afectada, ya había perdido a dos de sus hijos y una de las tres que aún seguía con vida, estaba siendo buscada para ser asesinada.
El día del cumpleaños de Armida, un 10 de junio, le pidió de regalo a Petra que se retirara de la política, por lo que ella decidió pasar una carta al partido del que era miembro presentando su renuncia, le tocó regresar a Montería y hablar con Carlos Castaño, entre otros, para poder preservar su vida. Meses después su madre murió.
—No me he vuelto a meter en nada, sigo mi vida normal, sin complicaciones, vivo sola— sostiene.
Perdió casi todo su patrimonio porque el secuestro de su hermana le costó más de 100 millones de pesos, dice que la Unión Patriótica marcó su vida y que le gustaría volver a trabajar con la izquierda pero siente miedo de ser perseguida nuevamente. Se considera afortunada, pues es una de las pocas sobrevivientes de la UP, ya que este grupo tuvo que lamentar la muerte de más de tres mil de sus integrantes, incluyendo dos candidatos presidenciales: Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa.
Hoy en día Petra es la contadora de SOTRACOR S.A, una empresa transportadora de Córdoba, no olvida, pero dice tampoco tener ningún tipo de rencor en su corazón, sanó todas sus heridas y sólo desea llevar una vida en paz.