Peter Dinklage, más conocido como Tyrion Lannister en Juego de Tronos, dice que no sabría si se hubiera convertido en actor de no ser como es. A sus 135 centímetros de altura le debe sus momentos más miserables, como los más alegres. Aunque al final considera que la acondroplasia, caracterizada generalmente por el enanismo, le ha dado más cosas de las que le ha quitado.
A los 48 años se ve más a gusto consigo mismo que la mayoría de las personas. Quienes lo han visto por ahí cuentan que, más que caminar, él se pavonea. Lena Headey, quien personifica a su hermana (la reina Cersei Lannister) y lo conoce desde 2006, afirma que él es "realmente es muy auténtico. Y es sumamente seguro de sí mismo".
Su actitud es uno de sus mayores atractivos. De hecho, en internet abundan los comentarios sobre lo atractivo que es, a lo cual en una entrevista él responde: “A ver, ¿dónde estaban cuando yo iba a la escuela? Demasiado tarde, señoritas”. Su infancia y juventud fueron difíciles. Fue objeto de burlas crueles y despiadadas que lo llenaron de una amargura profunda.
Asistió a un colegio católico masculino y durante su adolescencia, en sus palabras, "era un chico taciturno que fumaba y que se vestía siempre de negro". No tiene mucho que decir demasiado sobre esa etapa de su vida para que quede claro que no fue una época demasiado memorable. Cuenta que no haber sido popular lo afectó, incluso le dejó algunas heridas psicológicas que tomó tiempo y paciencia cerrar.
Con el pasar de los años aceptó quién y cómo era. En una entrevista con la cadena MSNBC dijo: “Mientras más envejeces, más entiendes que es necesario tener un buen sentido del humor. Así se entiende que el problema es de los otros, no de uno”. Sin embargo, lejos de aceptar las burlas, es tajante sobre lo que tolera o no. Las bromas malintencionadas son algo que no deja pasar sin antes replicar. Su sentido del humor tiene límites claramente trazados.
No obstante, esos tiempos parecen haber quedado atrás, quien en su momento era un joven tímido que no encajaba, hoy es considerado como un sex symbol y como uno de los grandes actores del momento. Emilia Clarke, intérprete de Daenerys Targaryen, afirmó: “Su encanto es absolutamente irresistible. Una vez, mi mamá, que es muy inglesa, fue al set. Nunca había visto a esa mujer sonrojarse, hasta que volteo y veo que está hablando con Peter. Su ingenio es más agudo que el de Tyrion”.
A la par, Sophie Turner, quien encarna a Sansa Stark, coincide: “Tengo suerte de estar casada con Peter Dinklage en la serie. Ojalá estuviera casada con él de verdad. Tiene un atractivo sexual innato. Nada más con verlo aprendí a actuar con mis ojos”. Sin embargo, Coster-Waldau, Jaime Lannister en la serie, dice: “Creo que no se ha hecho mucho a la idea de ser un símbolo sexual”.
Sus amigos cuentan que no le gusta llamar la atención, aunque inevitablemente lo haga, pero bueno, ahora lo lleva con calma y afirma: “Las mujeres se sienten atraídas por los hombres que tienen confianza en sí mismos y sentido del humor. Eso me ha dado mis oportunidades”. Su esposa, Erica Schmidt, directora teatral, cuenta anecdóticamente que últimamente las mujeres se le tiran encima, se sienten particularmente atraídas por él, "sin embargo, lo frustrante es que Pete es un tipo sumamente buen mozo, encantador y divertido, pero cuando sale en una revista o algo la gente se pregunta: ‘No es loco que mida un metro treinta y cinco y, sin embargo, sea sexy?’. Pete es así. Y mejor que el mundo se acostumbre".
Aunque no le gusta destacar demasiado, prefiere ser reservado y mantener un bajo perfil, su papel en Juego de Tronos le ha traído reconocimiento mundial y una gran cantidad de admiradores. A diferencia de muchos de sus colegas, le cuesta pasar desapercibido, sus particulares características físicas siempre lo delatan. Usar gafas de sol, ponerse una gorra, vestirse de negro, o cualquier otro intento de mezclarse con la multitud, siempre resulta fallido.
Además, para su mala suerte la gente no solo se queda viéndolo, sino que muchos, por una superstición que existe sobre los enanos, también lo tocan para conseguir buena suerte. Algunas veces, cuando pasea por Nueva York, lugar donde vive con su esposa y su pequeña hija, la gente le toma fotos. Cuando lo hacen de manera oculta, le molesta un poco, le genera desconfianza. Por el contrario, cuando lo hacen sin ningún asomo de pena, se sorprende, aunque eso no quite la incomodidad de no poder andar del todo tranquilo. “Muchas veces ni quieren conocerte, solo quieren la prueba de que te conocieron”, cuenta en una entrevista con el New York Times.
Se ha adaptado a la fama, una faceta que lo hace sentir extraño, pero con la que inevitablemente debe convivir. Ser un enano mundialmente conocido ha direccionado los reflectores sobre él, incluso, muchos esperan que se empodere de la causa y sea un ejemplo a seguir; pero no, Dinklage se niega. Desde hace mucho tiempo se ha mantenido firme en la convicción de no querer convertirse en un vocero o un rol a seguir de los enanos. La única excepción que ha hecho ocurrió en la ceremonia de los premios Globo de Oro del 2012, cuando en el discurso de recepción de su premio aprovechó para hacer referencia a Martin Henderson, un enano inglés que resultó lesionado cuando sus amigos lo lanzaron al aire en un bar.
Dichas declaraciones no fueron del todo espontáneas, más bien fueron producto del empujón que le dio su esposa para manifestarse sobre algo que lo había afectado. Schmidt, su pareja, dijo: “Creo que Pete está en un lugar que tal vez le permita cambiar la consideración que tiene la gente sobre las personas de su tamaño". Luego de esto, muchos medios lo llamaron para que se refiriera sobre el tema, pero él se negó. "Capaz que hace veinte años habría ido a todos esos programas y me habría puesto a despotricar", "Pero ahora estoy un poco más en paz con las cosas e hice lo que quería hacer y dije lo que quería decir. Tengo un amigo que dice que al mundo no le hace falta más enanos resentidos", afirma.
Dejando de lado ese momento, Peter no quiere tomar la vocería por las personas de su tamaño, lo único que le interesa es trabajar, aunque le parecería interesante lograr cambios y mayor compresión sobre el enanismo. A principios de su carrera le decía no a los papeles de duende o cualquier cosa que lo encasillara por su tamaño, no quería quedarse interpretando siempre un enano mágico de barbas largas. Su estrategia le ha dado resultado, ha logrado salirse del estereotipo, y ahora incluso anhela hacer una película sobre un duende llamada O’Lucky Day.
Su carrera actoral lleva más de 20 años y ha sido variada, y aunque hace un tiempo tenía resistencia con hacer televisión porque no le parecía respetable, esta terminó catapultándolo. Juego de Tronos le dio un gran reconocimiento y eso no lo niega. Dinklage no solo fue el primer candidato para interpretar a Tyrion Lannister, fue el único. George R. R. Martin, autor de la saga, cuenta "Si no hubiera aceptado el papel, ufff (…) No sé qué habríamos hecho".
Peter señala que con el personaje encarna una versión mucho más arrogante y petulante de sí mismo, y sin duda alguna es igual de inteligente. Además, elementos como la expresividad de su rostro y la profundidad de su voz, lo han ayudado a que Tyrion sea lo que debe ser. Y aunque aún no entiende muy bien por qué Juego de Tronos es un fenómeno de tal magnitud, en una entrevista dice: No podría explicar por qué el programa gusta tanto", "La guerra de las galaxias o El señor de los anillos están basadas en los grandes mitos, toda la cosa de Joseph Campbell, el bien contra el mal. Nuestro programa es mucho más ambiguo. Es más bien la antítesis de eso, cosas que no son ni blancas ni negras."
Como muchos de los protagonistas, Tyrion encarna a la perfección la ambivalencia moral, es un vástago semimarginado de una familia rica e intrigante. Además, su ingenio le ha valido para convertirse un uno de los personajes más aceptados y queridos por el público, sin ningún tipo de distinción.
Como actor y como persona ha sorteado los obstáculos que se le han presentado en el camino, contra todo pronóstico ha salido exitoso. Si bien disfruta lo que hace actualmente, también le gustaría ser escritor, aunque no lo ha logrado, según él, por no ser lo suficientemente disciplinado. No tiene mucho de qué quejarse, tampoco es su costumbre hacerlo, pero no puede evitar preguntarse "¿Triunfé porque soy raro?".
