Ocho meses lleva el actual gobierno de posesionado, el mismo tiempo que le ha tomado a enemigos, oportunistas y copartidarios de darse cuenta de que en él no encontrarán mermelada, ni contratación, ni negocios ni nada por el estilo. Esa es la única razón real por la que se ha convertido en víctima de una dura y eficiente campaña de desprestigio que por vez primera no es liderada por los partidos de oposición sino por sus propios allegados.
¿Que para este gobierno será mucho más difícil que para los anteriores mostrar resultados? Sin duda. No es lo mismo ejecutar mientras se cogobierna con un congreso corrupto y ayudándolo a que se robe la plata de los colombianos, que hacerlo en contra de este. Aún así, Iván Duque habrá dejado un precedente histórico para las futuras generaciones si tan sólo logra acabar con ese vicio macabro y criminal de “enmermelar” al parlamento para que este deje trabajar en pro del país.
Pese a todo esto, en tan solo ocho meses de gobierno el presidente Duque ya muestra importantes resultados en su gestión. En lo que va del 2.019 los homicidios se han reducido en un 5% con respecto al año anterior. Así mismo se resalta la disminución del hurto a residencias en un 21%, al comercio en un 48%, de carros en un 9%, de motos en un 12%, y de secuestros a personas en un 27%. Palabras más, palabras menos, hoy los colombianos viven mucho más tranquilos y seguros que el año pasado.
De igual forma el actual gobierno ha aumentado la destrucción de infraestructura dedicada al tráfico de estupefacientes en un 52%, así como también han aumentado las neutralizaciones y capturas de miembros de grupos armados ilegales en un 46%. Gracias a estas respuestas las acciones terroristas se han reducido en un 42%.
Los resultados en la economía por las decisiones del gobierno se empezarán a ver el próximo año, cuando el Ministerio de Hacienda entregue los informes económicos oficiales. Por ahora los colombianos, con los resultados iniciales del presidente Duque se pueden sentir tranquilos de cara al futuro social y económico del país, pues pese la oposición de muchos y a las dobles intenciones de otros, las cosas según los números y la percepción de la gente van mejorando.
