…a pesar de usted
mañana ha de ser
otro día
yo quisiera saber
dónde se va a esconder
de esa enorme alegría…
Chico Buarque
Millones de personas, en todas las épocas, han dedicado su vida a intentar que la riqueza, la felicidad y la paz circulen para toda la población del planeta y no se queden acumulados como beneficio de unos cuantos. Querer el cambio, la democracia y la justicia social han sido banderas que se han denominado pensamiento y propuestas de izquierda.
Otras luchas diferentes a las de clase han venido a ampliar en grande el panorama de la izquierda: democracia en el amor, en la cama y en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, como lo plantean los feminismos, la lucha contra toda expresión de racismo, como reclaman los movimientos indígenas y de negritudes, la lucha contra toda discriminación hacia personas que aman y tienen relaciones sexuales no heterosexuales y toda la gama de luchas que reclaman además de igualdad, equidad.
No ha sido fácil para las personas militantes de izquierda aceptar que hay muchos tipos de sujetos dispuestos a levantar sus banderas para que el cambio social cobije sus derechos y expectativas. Incluso, como se ha visto en Colombia y en muchos otros lugares del mundo, los denominados líderes de izquierda son de un gran conservadurismo y hasta puritanismo respecto a derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo.
Líderes como Ortega en Nicaragua o Correa en Ecuador, han preferido alianzas con iglesias o sectores de derecha que niegan el derecho al aborto o al matrimonio igualitario. De igual manera, líderes de izquierda en Colombia participaron en la vergonzosa elección de monseñor Alejandro Ordóñez como procurador y votan de manera negativa por los derechos de las mujeres, las negritudes y las parejas del mismo sexo.
Hay en el mundo entero una derechización muy grande del pensamiento y la acción. Los liberales ahora son conservadores, la izquierda si mucho, liberal y el conservadurismo…. ultraconservador. Hay ofensivas por vías legales y de hecho contra los derechos de muchos sectores.
Sin embargo, como dice Chico Buarque:
“…cómo le va prohibir
a ese gallo insistir
en cantar…
agua nueva brotando
y la gente amándose
sin parar…”
Con o sin matrimonio legal, miles de personas le apuestan a relaciones de amor libre, sin importar el sexo de la pareja y construyen familias muy diferentes a las que los catecismos y la constitución permiten. Miles de mujeres interrumpen los embarazos indeseados, miles de personas se visten como les da la gana y se cambian el sexo, miles más practican sexo grupal.
Y aunque tiemblen de furia y les dé acidez a los inquisidores de todas las épocas y estilos, hay una nueva primera dama en Nueva York, candidata para todas sus hogueras: Chirlane McCray, mujer negra, bisexual, de izquierda, escritora, poeta, activista de los derechos de las mujeres, las negritudes y las diversidades sexuales. No parece un caso aislado, pues la historia es paradojal y justo los períodos de mayor represión y oscurantismo en las costumbres, son aquellos que dan a luz a las personas y movimientos más libertarios y contraculturales.
Por eso, con esperanza doy la bienvenida a este período, pues como afirma nuestro cantautor brasilero:
…”a pesar de usted
mañana ha de ser
otro día
tendrá entonces que ver
al día renacer
derramando poesía
cómo se va a explicar
ver al cielo clarear
de repente, impunemente
cómo va a silenciar
nuestro coro al cantarle
bien de frente
a pesar de usted
mañana ha de ser
otro día”
La gente se defiende de las censuras, de los embates del mercado, de la ultraderecha, de las prohibiciones. La gente piratea productos, hace ventas callejeras, se presta plata sin interés, siembra y comparte semillas autóctonas, se salta las fronteras y los muros, escribe, lee y canta versos y textos prohibidos (de esos que le encanta quemar al Procurador).
La gente, y entre la gente muchas amigas, amigos y yo, hablamos bajito y a veces en voz alta, nos reunimos, festejamos, celebramos la vida, nos hacemos compañía, nos curamos heridas de amor y de enfermedad, nos dedicamos a pensar, escribir y promover acciones para paliar las ofensivas más retrógradas y bestiales del conservadurismo, aunque se llame neoliberalismo. Nosotras afirmamos, y la gente aunque no lo afirme, practica esta consigna: “Nuestra venganza es ser felices”.